lunes, agosto 21, 2006

Inteligente análisis de Gabriela Pousa

PANORAMA POLITICO SEMANAL, 19 DE AGOSTO DE 2006

Por Gabriela Pousa

ENFERMOS

“No nos une el amor sino el espanto” Jorge Luis Borges

Si hay algo que pueda llamarse “original” en el actual gobierno es el enroque de poderes que logró hacer el Presidente sin que las críticas se hiciesen escuchar con fuerza suficiente. Hoy por hoy, la Argentina posee, más que en otra época, un Ejecutivo que opera como una especie de Poder Judicial, con la deficiencia que esto puede provocar. A su vez, el Poder Judicial devino Legislativo y, en consecuencia, hay jueces que en vez de administrar justicia pareciera que sancionan leyes... Inventan derechos adquiridos y hacen una industria con ellos. Convierten a victimarios en víctimas. Y, en definitiva, ¿por qué van a ser los delincuentes culpables de sus actos si a diario se proponen modelos de irresponsabilidad masiva y las conductas delictivas son “derechos adquiridos” por ejemplo, por minorías “oprimidas”? Así lo traduce la defensa a la usurpación de la propiedad privada hecha por Luis D’Elía.

La Justicia en vez de dedicarse a administrar justicia se aviene a corregir desigualdades sociales o “legisla” creando derechos que no son tales. Hay chivos expiatorios prefabricados de ante mano: la mala distribución de riqueza, el capitalismo, el neo-liberalismo, la economía de mercado, la Iglesia, la sociedad de consumo, la década del noventa, los setenta, etc., etc., según venga el caso. Los victimarios amenazan si acaso se inician acciones legales contra sus delitos. Hay un nuevo derecho que parece darlo la marginalidad encabezada por un supuesto líder social. A ellos, todo les está permitido.

Laurent Cohen-Tanugi en “La Democracia mayoritaria y el Estado de Derecho habla de un mercado contemporáneo de la emancipación de lo judicial. Las leyes no se respetan y resultan obsoletas ante estos seudo derechos que surgen a la sombra de los victimarios presentados como “mártires del sistema”. No se entiende que la batalla contra la discriminación y las diferencias estructurales hay que darla desde el principio según la cual la ley se aplica a todos por igual, con idénticos derechos e iguales restricciones.

En este desorden, nadie, ni el más estoico de los ciudadanos, está seguro de no ir preso. Posiblemente, incluso, la mayor certeza de no hacerlo la tengan quienes delinquen puesto que en este escenario de poderes confundidos, los “derechos humanos”, se han convertido en un negociado redituable no sólo en lo económico sino también en votos.

Néstor Kirchner se ha amparado en ello para reestructurar el slogan de una campaña lanzada antes de tiempo. La reforma de calendarios ha sido un arte que pocos mandatarios han sabido instrumentar y varios han caído, incluso, por adulterar fechas sin observar que la sociedad mantiene el almanaque que le dictamina llegar a fin de mes el día 30, no antes... tampoco después. Eso es lo que se busca desde la Presidencia: que la ciudadanía llegue, de aquí al 2007, a fin de mes sin que se altere en demasía el bolsillo. Si para ese fin hay que retroceder del 2006 al 2000, crear nuevos “derechos”, violar deberes o resucitar “muertos” da lo mismo. Todo vale. La amoralidad es la característica más evidente de este gobierno.

Aborto, sobornos, “arrepentidos” henchidos de orgullo por sus actos, judíos, musulmanes, militares... lo que sea es bienvenido al reino del escenario proselitista que se vive hoy en día en la Argentina. Menos de la realidad sin disfraz que se hable de lo que sea, se escucha decir en Balcarce 50.

Pero la realidad tampoco va por fauces tan distintas... Hay una economía sostenida en forma ficticia pero con suficiente aire para que llegue, con pinzas, al 2007. ¿Después? ¿Después hay vida en la Argentina? Después, lo que hay es campaña hacia el 2009... El Parlamento debe seguir siendo lo que fue y es: un recinto de voluntades a buen precio. Para eso hay crédito sin regulación y a tasas considerables. Lo sabe Néstor Kirchner y lo saben sus adversarios y sus pares. Lo sabe, incluso, la calle aunque no le interese sustancialmente...

Basta atender la “asunción” de Alicia Kirchner nuevamente al Ministerio de Desarrollo y Acción Social. ¿Para qué votó el pueblo santacruceño un senador? Para lo mismo que votó la gente a Luis Abelardo Patti o para lo que no votó, en su momento, a Eduardo Duhalde... La quebrantable voluntad popular se traduce así en la fragilidad institucional del país. Es tan simple y explicable como eso. Aunque, al unísono, sea tan complejo...

La hermana del Presidente pasa entonces a manejar junto al ministro Julio De Vido la suma de 14 mil millones de pesos. Léase: más del 50% del presupuesto... ¿Hace falta algún otro “dato” para analizar este escenario?

Por otra parte hay 17 gobernaciones que esperan la reelección de sus gobernadores. Sin la “ayuda” del poder central, este objetivo se torna quimera. Basta que se analice a qué partidos pertenecen aquellos para entender el modus operandi de la “concertación” y se explique el fenómeno de los “radicales K”

La magnitud de estos “datos” sirve simultáneamente, para explicar por qué, de la noche a la mañana, el país no tiene más candidatos. Ni Roberto Lavagna, ni Mauricio Macri, ni Cristina Fernández, ni siquiera Néstor Kirchner son candidatos al 2007... Pensar que se trata de coherencia a esta altura de las circunstancias es poco serio. Creer que se trata de cautela es, quizás, menos ingenuo. Pero la respuesta más cabal está dada por números y sondeos.

Si los números se estabilizan y no hace falta demasiada “repartija” puede que se acompañe al adversario. Eso explicaría la decisión de Hermes Binner de sumarse a las huestes del ex ministro de Economía llegado el caso. Eso explica que el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se maneje como un economista y cite periodistas, analistas y hasta ciudadanos medianamente bien posicionados para dar clases de números y mostrar balances como fotos de paisajes fantásticos...

En un gobierno de encuestas, los porcentajes mandan y las cuentas cierran. El resto es esperanza... Por eso, estamos asistiendo al “Gobierno de la Esperanza”... Esperanza que se traduce -desde el Ejecutivo devenido Judicial- en un fallo favorable al aumento de jubilaciones, en la flexibilidad para acceder al crédito aunque nadie tenga muy claro cómo se ha de llegar aún a ello; esperanza en un invierno cálido y un verano fresco (léase: Atucha I y II que impidan cortes de electricidad y subsidios para privatizadas que deriven en tarifas congeladas...) A eso apunta el Jefe de Estado. Lo demás es escenografía pura. Poco argumento y muchas luces de neón, colores y espejismos varios.

¿Qué es sino Remo Constanzo en la historia de los argentinos? ¿Qué fue y vuelve, “misteriosamente” a ser Mario Pontaquarto? Dedicarle una sola línea en un panorama político serio es perder tiempo. Estos personajes, como otros similares que tuvieron su cuarto de hora en la política argentina, pasan sin pena ni gloria. Lo triste es admitir que pueden regresar después de haber sido titulares de diarios 24 ó 48 horas con prontuarios inexcusables. Años atrás, un rol parecido, lo cumplió un intendente bonaerense buscado judicialmente. Nadie recuerda esos hechos.

Ese intendente es hoy Ministro. Algunos kilos más, pelo menos “progresista” quizás... y un saco con corbata que no hace al monje pero lo decora para la vidriera de moda lo sitúan en un despacho lindante al del Presidente. Aníbal Fernández hoy habla cómo dando cátedra... Esa es la Argentina sin máscara. La de verdad. Tal vez cuando se la asuma sin maquillaje podamos entender hacia adónde hay que tomar para cambiar.

En el cambalache contemporáneo, el Poder Ejecutivo parece estar acéfalo. Así nada más puede entenderse que Luis D’Elía se mantenga en su cargo de Subsecretario de Tierras para el Hábitat Social. Tiene orden directa de bajar decibles ya, pero por el momento la insurrección es funcional a lo que hay. Qué sea el piquetero tema del debate televisivo es más redituable a Kirchner que lo sea Roberto Lavagna descubriendo que las cosas se hacen mal o los cronistas recorriendo góndolas de supermercados como lo hicieran meses atrás... De los precios, extrañamente, no se habla más.

Los medios de comunicación están definiendo la elección en la cara misma de los no- candidatos... La estrategia no es amainar hasta que los comicios estén más cerca. La estrategia, si puede llamarse así al zapping de conductas políticas que presenciamos, es por un lado: esperar que la estructura oficial se desmorone un poco más; y por otro, dejar que se peleen entre ellos buscando el despacho más amplio para ocupar.

Kirchner quiere que todos sean rivales. Es la política proselitista oficial: incentivar a Jorge Sobisch, a Mauricio Macri, a Roberto Lavagna, a Ricardo López Murphy, a Elisa Carrió, y a quién quiera ser aspirante al sillón de Rivadavia o al atril del salón Blanco de la Casa Rosada… La oposición (entendida como deseo más que como fuerza política definida) quiere que “algo” pase. Coinciden en voz baja en que la economía puede tirar... ¿Por dónde movilizar, pues, el derrumbe? La inseguridad. Y aunque parezca mentira, el “obstáculo” a los adversarios se lo deja servido en bandeja, paradójicamente, el mismo gobierno nacional.

La falta de política de Estado para evitar que el delito se incremente como se viene incrementando, las internas por el traspaso de la Policía al Gobierno de la Ciudad, sumado al negociado que se hiciera con los “derechos humanos” son las herramientas con que se armará la oposición de aquí en más. En esto radica el temor de la Casa Rosada a la marcha del Ingeniero Blumberg. Estos días, pues, se tratará de atenuarla con argumentos conocidos. Entre el desprestigio y las cortinas de humos como los sobornos en el Senado hay un abanico amplio de asuntos para intentarlo.

Cualquiera podría suponer que no hay otra problemática en el país. Pero suponiendo que la economía ande bien, no es solamente la inseguridad la única variable averiada en la vida nacional. Sin embargo, está visto que es la más fácil de atender para movilizar a la sociedad. Quienes asisten a diario al hospital público, por ejemplo, no pueden llegar hasta la Plaza de Mayo. Básicamente porque, la salud para ello, no la tienen. Qué el siguiente texto sea una carta de lectores aparecida el pasado viernes en un matutino porteño pone de manifiesto hasta qué punto la Argentina está grave. Y no hay respuesta ni nadie, hasta ahora, que la sane...

Hospital de Clínicas
Señor Director:


"Los crónicos problemas presupuestarios del Hospital de Clínicas, sumados a la grave situación institucional que atraviesa la UBA, han sumido al nosocomio en una crisis sin precedente.
En la actualidad, no posee un presupuesto que pueda garantizar su funcionamiento normal (compra de insumos, medicamentos, pago de servicios, etcétera), ni para el mantenimiento de su infraestructura y mucho menos para renovar su equipamiento.

Es entonces vital, para el futuro del establecimiento, que cuente con una partida equivalente al de otros hospitales de igual complejidad, lo que le permitiría continuar con la formación de recursos humanos de grado y posgrado, y brindar educación médica continua y una asistencia médica de excelencia, como lo ha hecho históricamente.

En un momento como éste, en que el Estado tiene un récord de recaudación y superávit fiscal, y dado que la salud es uno de los derechos humanos garantizados en los arts. 41, 42 y 75 de la Constitución, la solución pasa evidentemente por una decisión política de las autoridades nacionales.

Si esta situación no se resuelve en forma inmediata, quedará seriamente comprometida nuestra capacidad de seguir atendiendo pacientes”.

Juan Antonio Mazzei
Jefe del Depto. de Medicina
LE 4.424.805
(Siguen firmas de jefes de unid. de Internación)

Esto es “dato”, realidad. Todo lo demás puede que sea política, nada más...

GABRIELA POUSA

(*) Analista Política. Lic. en Comunicación Social (Universidad del Salvador) Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE) Queda prohibida su reproducción total o parcial sin mención de la fuente.