miércoles, agosto 23, 2006

Kirchner: ¿concepción militar de la política?

AMIGOS DE LA LIBERTAD
- ¿ El comunismo infiltró al peronismo ?
- O ¿el peronismo ordeñó la vaca y el comunismo se tomó la leche?
- ¿ El Decreto 158 de Alfonsín de enjuiciamiento a las Juntas MIlitares, salió de la cabeza de charleta radical o fue impuesto por un ignoto poder con sede en Europa ?
- ¡Sería acaso, por aquello de que mientras en latinoamérica hubieran fuerzas armadas, el comunismo jamás podría hacer pie, y menos tomar el poder ?
- Se cayó el muro y se cayó el comunismo y aquí estamos peor que antes de empezar, como si nuestro reloj marchara para atrás, como para 1917......
- Incrédulos: ver lo que sucede en la Argentina y tendréis la respuesta de cómo funciona la Guerra Revolucionaria impulsada por los centros de poder ocultos, ahora, más sofisticada, pero la misma guerra al fín.
- Este escrito de abajo, dice mucho con pocas palabras.
- Además, estamos tratando de saber si el desarme de la población civil, incluye los garrotes y tumberas de los piqueteros, los fusiles para reparación de los venezolanos, y los pelotones de combate de los comunistas, que por el momento hacen tiempo enviando amenazas de muerte a preguntones y otros molestos que pululan? .
- Compatriotas: ¿seguiremos durmiendo o utilizaremos la capacidad civil de protesta para decirle sí a Blumberg y a otros patriotas que con tenacidad y fervor se oponen a la creciente dictadura ?.
- Y para pensar: ¿Creen compatriotas que si la derecha ganara las elecciones, la izquierda imperante les entregaría el poder....?
gm


Kirchner: ¿concepción militar de la política?
(es el poder estúpidos...)
por Pablo López Herrera
La guerra no ha abandonado nunca nuestro horizonte.
Ella es –como dice Tucídides– una enfermedad crónica
en la que debemos fijar nuestra mirada.
(Entrevista a André Glucksmannn 14-02-2004)
Para Kirchner, y su “inteligencia de poder” conformada por marxistas y gramscianos, las teorías militares sobre enemigos y aliados, teatro de operaciones, victoria y derrota, estrategia y táctica, etc., no parecen desconocidas. Lo muestran a cada paso que dan hacia la hegemonía total.
En efecto, la “maquina de construcción de poder” que maneja hoy el gobierno, parece reflejar un modo de análisis “militar” acerca de cómo poner la relación de fuerzas a favor de si mismo y de sus “compañeros de ruta”. (1)
La izquierda marxista y el peronismo fueron aliados en la guerra revolucionaria librada para recuperar el poder perdido en 1955. La famosa correspondencia de Perón con Cooke es significativa al respecto. Y así, la lucha fue política, pero también militar en las décadas del los sesenta y de los setenta.
Cuando llegaron al gobierno en 1973 estaban mezcladas la derecha peronista y la izquierda marxista. Recién cuando “el viejo” constató que la convivencia no era ya posible y que la “juventud maravillosa”, en su concepción hegemónica de poder, terminaría yendo por el y sus próximos, echó simbólicamente de la plaza de Mayo a los marxistas y “marcó como con una tiza en el pavimento” la división con quienes nunca dejaron de considerar a la lucha como lucha militar. Y así fue como surgió luego la orden de aniquilamiento. Y así fue como los grupos subversivos, vencidos que fueron, se volvieron a mezclar en la vida civil entre los vencedores para trabajar al modo “gramsciano” como termitas destructoras de lo que quedaba de un orden adverso al que exigía su modelo.
Y a partir de ese momento, para los que se salvaron -muchos de ellos fueron los instigadores ideológicos del enfrentamiento y aun pululan entre nosotros- la política significó y significa, implicó e implica, la continuación de la guerra por otros medios, en una inversión de términos de la clásica definición de guerra.
Estas realidades históricas justifican la necesidad del análisis de la política con un razonamiento militar, por lo menos para entender lo que pasó y lo que está pasando actualmente.
En este esquema, para nuestros “hermanos-lobos”, no los mismos del santo
-aquellos no estaban disfrazados de corderos-, el “teatro de operaciones” abarca todos los aspectos de la actividad humana.
No tan solo procuran y detentan la ocupación del poder en los términos del tiempo que delimitan las normas constitucionales, que rigen la permanencia a cargo del poder ejecutivo, corregido y aumentado reelecciones mediante.
Quieren además que su concepción del hombre y del mundo, vencida por las armas, vaya tomando desde el interior una cantidad de áreas que va transformando al país en su esencia en algo completamente diferente de lo querido en el espíritu y la letra de nuestra Constitución de 1853. Lo ha expresado con claridad desde el marxismo Martha Harnecker hace muchos años ya. Y hoy con Kirchner lo están haciendo.
La superficialidad y el “behaviorismo” de muchos análisis que realizan los pensadores políticos sobre un mundo cada vez mas complejo, en lugar de ayudar, forman –involuntariamente- parte del problema. En efecto: al mirar la realidad política como una sucesión de “alternancias de poder”, dejando de lado muchas de las variables que manejan quienes hacen “política real”, no ven las transformaciones de fondo que se están operando, que van mucho mas allá de las concepciones de república y democracia, y mucho mas allá de “ciclos eleccionarios” en los que el eje del análisis lo constituyen las campañas y los candidatos. Limitan de algún modo su espacio de análisis. Se limitan al de las construcciones de poder al modo “republicano y democrático” pero que no es el único. Por lo menos, para quienes “república y democracia” tienen un significado mas de medio que de fines.
Del clásico “Arte de la guerra” de Sun Tsu extraigo algunos “razonamientos” que ayuden a interpretar lo que quiero significar con la “concepción militar de la política” de nuestro gobernante de turno.
  1. Un factor clave en el arte de la guerra es el factor moral, o el acuerdo tácito entre pueblo y gobernante: las encuestas muestran que parece haber apoyo de la población en general al gobierno actual, o por lo menos no parece existir el mismo apoyo a ninguna alternativa visible. El hábil manejo mediático de los temas tiene una influencia decisiva en nuestra “mediocracia”. Y el mantenimiento de una elevada imagen del gobierno es una obsesión presidencial.
  1. Al enemigo hay que tomarlo integro e intacto, ya que se trata mas de capturarlo que de destruirlo, la inteligencia está en imponer la propia voluntad e impedir que la del enemigo se imponga: en un par de años, Kirchner ha tomado las tropas de quien fuera su principal aliado y enemigo político, Duhalde, que paradójicamente le sirvió en bandeja de plata el poder dividiendo a las propias fuerzas del peronismo en mayoría y primera minoría. Hasta ahora se fue sacando del medio a quien quiera modificar una coma de su voluntad. Y nadie se anima en los alrededores a imponerse. Esto no significa que no la cambie, pero casi siempre prevalece su voluntad. Parecería obtener aquí un placer morboso, digno de un estudio psicológico. Y al enemigo categorizado como “neoliberalismo” se lo tiene arrinconado contra las cuerdas al martillar continuamente que es el responsable de todos nuestros males... particularmente desde el último gobierno militar. Curiosamente, el que surgió de la lucha contra la guerrilla. Poner preso a Martínez de Hoz, significaría en este esquema un “ejemplo demostración” de lo que le podría pasar a economistas y empresarios de la misma línea.
  1. La victoria y la paz se logran frustrando los planes del enemigo, impidiendo la unión de sus fuerzas, aislándolo, manteniendo confrontaciones aquí y allá más que “sitiando” ciudadelas amuralladas que desgastan y hacen perder tiempo y agilidad al que las ataca: hasta el momento, la oposición no ha “querido, sabido o podido” plantear un plan o estrategia de poder dignos de ese nombre. Y es hostigada permanentemente. Solo le caben discursos generales generalmente a partir de la misma actividad del gobierno. Se hacen cuestionamientos a su gestión pero son “combates” dispersos en los que la iniciativa casi siempre la tiene el poder.
  1. La principal habilidad ofensiva consiste en que el enemigo no sepa que defender y la principal defensiva en que el enemigo no sepa que atacar. Así se mantiene la unidad de fuerzas y se mantienen divididas las del enemigo y se puede utilizar al propio numero para luchar “muchos contra pocos” en cada ocasión.
    1. A partir de lo mencionado en el punto anterior, no hay sino ideas generales que la oposición parezca querer defender. Pero precisiones, o no hay, o no se las muestra. La eficacia en la gestión, o hacer lo que hacen los países a los que les va bien, no son banderas políticas. Y el intento de “Foro por la Republica” es otro ejemplo de vaguedad. Sin embargo no es porque porqué falte porqué luchar ni porqué falte que defender. Pero es necesario tener convicciones, y el coraje de las convicciones.
    1. Tanto el modo de plantear la lucha política por el gobierno como la falta de una visión integral por parte de la oposición dejan el campo defendido por el gobierno libre de ataque significativos. Un tema tan simple y sensible como la seguridad -siempre en primero o segundo lugar en las inquietudes de los ciudadanos- y tan difícil de defender por el gobierno, luego de una eficiente concentración cuando el caso Blumberg, se desvaneció luego que el ingeniero entrara en contacto mas estrecho con el gobierno actuando aquel como el buen ciudadano con el leal gobernante. Y el resto del arco político, recién ahora está tomando al tema como propio. ¿Cuánto tiempo se perdió? ¿Se logrará recuperar?
  1. Como recurso conviene llevar las propias armas, y tomar todo el forraje y el alimento del enemigo. Y con los recursos obtenidos, alimentar las propias fuerzas y utilizar el botín como incentivo: con los fondos de Santa Cruz –en un sentido amplio- Kirchner llegó a presidente. Con los fondos de las retenciones –arbitrarias y flexibles- mas el impuesto al cheque, Kirchner logra por cierto tiempo más alimentar sus fuerzas y manejar “el botín como incentivo”. Y a través de una férrea disciplina, y una “caja” centralizada y manejada con un criterio de servicio al proyecto de poder del gobierno, se ha ido realizando de un modo cada vez mas centralizado esta unidad de fuerzas, que no solo se aplica en el campo electoral, sino en la ausencia de gabinete digno de tal nombre, y en un poder legislativo totalmente funcional con respecto al mismo proyecto.
  1. En maniobras, actuar como el agua que no tiene una forma constante sino que modela su curso según el terreno en que se desliza, que ataca lo débil y evita lo fuerte; elaborando cada victoria según el tipo de enemigo y modificando las tácticas según el oponente: resulta difícil –aunque cada vez menos- definir en términos utilizables políticamente –mas allá de su voluntad de poder- hasta que punto pretende llegar Kirchner en la implementación de las ideas que “no pensamos dejar afuera de la casa de gobierno” y que aplaude, apoya y aplica con entusiasmo la izquierda marxista y gramsciana.
Se podría extender y profundizar el análisis, lo que excede al propósito de estas líneas. Napoleón aplicó al extremo el mismo tipo de razonamiento militar que intento describir aplicado al poder. Decía que “mi poder esta basado en mi gloria, y mi gloria en las victorias que he logrado. Mi poder caería si yo no le diera como sustento mas gloria y nuevas victorias. La conquista me hace lo que soy; solo la conquista me puede mantener.”
En pequeño, Kirchner utiliza el mismo tipo de razonamiento. Y sus compañeros de ruta están encaramados al mismo proyecto. Y si “fracasa” Kirchner, saltarán rápidamente del barco, y en una sociedad casi inerme intentarán otra vez el asalto al poder, por cualquier medio. Por eso es necesario desarrollar una estrategia de poder que sea sobre todo realista.
Cuando el financista y socio del gobierno Chávez (militar de alma y cuerpo) proclama “socialismo o muerte” o “socialismo o barbarie” como banderas para América Latina, ¿no plantea una concepción militar de la política?.(2)
¿Como responder al desafío desde el republicanismo y la democracia?. Gluksmann, en la misma entrevista citada al principio se pregunta refiriéndose a Estados Unidos y Europa enfrentados a desafíos inéditos: “¿Qué armas de defensa le quedan a una sociedad?”. Y se contesta: “En ocasiones, tendrá que ser policiales, en otras, militares (...), pero lo esencial de la batalla está en las cabezas de todos los ciudadanos.”
Los desafíos políticos de nuestra época adquieren día a día mayor complejidad.
Aristóteles describía a las desviaciones de las tres formas clásicas de gobierno como la monarquía, la aristocracia y la democracia diciendo que: “La tiranía es una monarquía que solo tiene por fin el interés del monarca; la oligarquía tiene en cuenta tan sólo el interés de los ricos; y la demagogia, el de los pobres.” ¿Cómo definiría ahora a un gobierno que persigue “ad-nauseam” el interés del monarca, el de los ricos, y el de los pobres sin buscar la forma adecuada ni el sano equilibrio?. ¿Tiranoligarquigogia? (En eso estamos en estas latitudes querido Aristóteles).
El Mariscal Foch, juzgaba que Napoleón se había olvidado “que un hombre no puede ser Dios,
que por encima del individuo está la nación,
y sobre los hombres, la ley moral:
se olvidó de que la guerra no es el fin mas alto,
porque la paz está por encima.”
Para un republicano y demócrata como quien escribe estas líneas, las palabras de Foch representan al mismo tiempo un paradigma y una fuente de sensatez, puesto que –de lo que se trata- es de fijar el sentido del poder para una sociedad civilizada, salvando las distancias y sin pretender hacer apología de la violencia ni caer en tremendismos. La reflexión profunda debe preceder a la acción eficaz.
(1) “Las cosas se definen en general por los actos que realizan” (Aristóteles, Política)
(2) “Nada hay tan monstruoso como la injusticia armada” (op.cit.)