viernes, septiembre 22, 2006

Otra forma de ver lo mismo

Leer con atención.

Un fallo a la medida del Gobierno

Hugo Krasnobroda
Corresponsalía Buenos Aires
No tienen autoridad para juzgarme, sólo me juzgará Dios", fueron las escuetas y contundentes palabras del genocida Miguel Etchecolatz al enterarse que sería condenado a reclusión perpetua. El ex comisario general de la Policía bonaerense durante la última dictadura no mostró ninguna señal de arrepentimiento por los delitos de lesa humanidad de los que se lo acusa. Fue provocador y hasta se dignó a besar a un rosario. Eso enfureció a los manifestantes que se encontraban presentes en la sala.

El juzgado incorporó la figura de "genocidio" en su fallo. Sin dudas, la decisión es histórica porque a partir de ahora no se computaran uno a uno los delitos de lesa humanidad sino que se los enmarcaría en ese único concepto. Además, las chances que más militares del gobierno de facto durante los años 70 sigan desfilando por tribunales aumenta de forma considerable.

La Casa Rosada festejó mucho el fallo. El propio secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, estuvo presente en La Plata para escuchar la resolución. Y no sólo para eso: aplaudió incansablemente la decisión de los magistrados y mostró un visible rostro de satisfacción.

Es que esta es la segunda condena que dicta la justicia luego que se deroguen las leyes del perdón, la primera había sido contra el ex represor "Turco" Julián hace pocos días atrás. Y aparte, el fallo, viene en clara sintonía con la política de derechos humanos que viene aplicando la gestión del presidente Néstor Kirchner.

Sin embargo, más allá de la presencia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y en lo que a banderías políticas se refiere, abundó el color rojo en las afueras del juzgado. Los partidos políticos de izquierda, entre los que también se ubicaba el polémico grupo "Quebracho", eran quienes más se hicieron ver.
Teniendo en cuenta que hace menos de una semana la Cámara de Casación declaro nulos los indultos para delitos de lesa humanidad, con lo que quedarán fuera los perdones otorgados por el ex presidente Carlos Menem a los ex guerrilleros de los grupos armados, es un secreto a voces que comenzarán a llover integrantes de la dictadura militar en las cárceles argentinas.

La mano de Kirchner en la justicia es inocultable. Se juzgue lo que se juzgue queda claramente demostrado que coincide con los deseos de Balcarce 50. Los jueces que hoy incorporan la figura de "genocidio" al Código Penal también estaban en sus puestos aún antes de la asunción del presidente.

Varios interrogantes perduran respecto al tema. Existen dirigentes de la democracia que consideran que este es el momento indicado para mirar hacía adelante y construir un futuro sin dicotomías entre buenos y malos. Entre dioses y demonios. Pero una pregunta queda picando: ¿estas medidas alcanzan para paliar la enorme cantidad de violaciones a los derechos humanos que vive cotidianamente cada vecino del país?