jueves, abril 12, 2007

Cantalamesa.P.97

Jesucristo, el Santo de Dios.

P el P. Raniero Cantalamessa

Pág. 97. DEL DOGMA A LA VIDA.

¡ Qué actual y qué preciosa resulta ser esta “ YEMA” de la cristología bíblica que esta brotando, bajo vuestros ojos, sobre el dogma del tronco tradicional !.De repende, el dogma se acerca a la vida de cada hombre. Tal vez no todos se sientan todavía capaces ni estén listos para sentir la importancia de “ participar de la naturaleza divina “ (2 P. 1,4 ).¿ Quién exalta, hoy en días, como en los tiempos de San Gregorio Nacianceno, al solo pensamiento de volverse , “ por así decirlo, Dios ?-cf. San Gregorio Nacianceno, Oratto, 1,5 ( pg 35,398 C )(p.G 35,485 B, San basilio, De Apir.S. 9,23 (PG 32, 109 C ).

Pero todos sienten, en cuanto piensan en ello, la dramaticidad del tiempo que pasa y la precariedad de la vida humana. Advierten cuán verdaderas son para todos, las palabras con que un poeta describía la situación y el estado de ánimo de los soldados en las trincheras, en el frente, durante la primera guerra mundial:

Estamos como

En otoño

Sobre los árboles

Las hojas

(G. Ungaretti ).

Entonces, si no todos son sensibles hoy, a la perspectiva de volverse “ partícipes de la naturaleza divina “ todos, por el contrario, sin sensibles a la perspectiva de volverse ( así parafraseaba la expresión de 2 P 1,4 san Máximo el Confesor ) “ partícipes de la eternidad divina.-Máximo el Confesor, Capiata, I, 42 (PG 90,1193).

A un amigo que le reprochaba, como si fuese una forma de orgullo y presunción, su anhelo de eternidad, M de Unamuno, contesto a su vez :” No digo que merezcamos un más allá, ni que la lógica nos lo demuestre; digo que lo necesitamos, lo merezcamos o no, y basta. Digo que lo que pasa no me satisface, que tengo sed de eternidad, y que sin ella todo para mí es indiferente. ¡La necesito, la necesito !.Sin ella ya no hay alegría de vivir y la alegría de vivir ya no tiene nada que decirme. Es demasiado fácil afirmar: “ Es Necesario vivir, debemos conformarnos con la vida.¿ Y los que no se conforman ?-De Unamuno, M.,Cartas a J. Ilundain ; de Rev. Uni. Buenos Aires, 9,pp 135 y 150.-

. No es el que desea la eternidad el que demuestra su indiferencia al mundo y a la vida de aquí abajo, sino por el contrario, el que no la desea : “ Amo tanto la vida- escribía el mismo autor – que perderla me parece el peor de los males. No aman verdaderamente la vida los que se la pasan gozando, día tras día, y no se ocupan de pensar si deberán perderla del todo o no-Ibídem,pág 150-¿ Para que sirve- decía san Agustín- vivir bien, si no es posible vivir siempre ?” (Quid prodest bene vivere, si non datar semper vivere ?.)

Pero, ¿ cómo pasar ahora , del dogma a la viada, del “ por sí “ al “ por mí “ de Cristo ?. ¿ Cómo hacer surgir el grito y la promesa: “ ¡ Eternidad, eternidad !”, de lo que hemos considerado de Cristo ?.

Se trata de aplicar el concepto de eternidad lo que afirmaban los Padres sobre la divinidad de Cristo, con la doctrina del imtercambio. Ellos siempre repetían : “ Dios se ha hecho hombre, para que el hombre se haga Dios “- Cf. San Ireneo, Adv, Haer.,III,19,1-. Nosotros podemos decir : la eternidad ha entrado en el tiempo para que el tiempo pudiese obtener la eternidad. Jesús ha venido para donarnos, no solamente para mostrarnos en sí mismo, la vida divina. El salto de la eternidad al tiempo hace posible el salto del tempo a la eternidad. Por tanto, la esperanza de nuestra eternidad es parte integrante del dogma cristológico, surge de éste como su objetivo y fruto. La esperanza de la eternidad es la coronación de la fe en la encarnación.

El iluminismo había planteado el célebre problema de cómo se puede alcanzar la eternidad mientras estamos en el tiempo y como se puede dar un punto de partida histórico para una conciencia eterna.-Lessing.G-E., Über den Beweis des Geites und del Kraft,, Lachmann X. p.36-

En otras palabras, cómo se puede justificar la pretensión de la fe cristiana de prometer una vida eterna y de amenazar con una pena igualmente eterna , por actos cumplidos en el tiempo. La única repuesta válida a este problema llamado , llamado “ el nudo gordiano de la fe cristiana “, es la que se funda sobre la encarnación de Dios. En Cristo, lo eterno apare ce en el tiempo, Él ha merecido para el hombre una salvación eterna. Por tanto delante de É –pero sólo delante de Él –es posible plantear el acto que aunque fue cumplido en el tiempo, es posible tomar una decisión que tiene repercusiones eternas

( Con el consiguiente permiso editorial. El Director )