lunes, abril 16, 2007

Refutó el Papa El Código Da Vinci

Cultura
Sábado 14 de Abril de 2007









Lo hizo con un libro

Refutó el Papa El Código Da Vinci

Reivindicó al Jesús "real e histórico"

ROMA.– “He intentado presentar al Jesús de los Evangelios como el Jesús real, como el Jesús histórico en sentido verdadero y propio.”

Destinado a derribar “los peores libros que destruyen la figura de Jesús y desmantelan la fe”, entre los que se encuentra el exitoso best seller El Código Da Vinci, de Dan Brown, en medio de una gran expectativa fue presentado ayer Jesús de Nazareth, el primer libro que Joseph Ratzinger escribió como papa.

Amén de impulsar el redescubrimiento de Jesús en momentos en que reinan el ateísmo y el relativismo que intentan hacerlo desaparecer, el Santo Padre echa por tierra, indirectamente, el famoso libro de Dan Brown, más que criticado en los últimos años por la Iglesia. En el texto, de hecho, Benedicto XVI ataca "los libros alimentados por los supuestos resultados de la exégesis" y advierte que "la interpretación de la Biblia puede convertirse en un instrumento del Anticristo".

Editado en Italia por Rizzoli y de aparición próxima en América latina por medio de Planeta, con sus densas 448 páginas, Jesús de Nazareth es un libro teológico y bastante complejo sobre la figura de Cristo. Con una constante mirada hacia el presente, está lleno de referencias bíblicas y citas de intelectuales y filósofos que van desde Karl Marx y Sócrates hasta Confucio, Dante, Nietzsche y la Madre Teresa de Calcuta.

La obra, que será puesta en venta pasado mañana, día en que Ratzinger cumplirá 80 años, fue presentada ayer en el Aula Nueva del Sínodo, ante cardenales, ex presidentes, obispos, embajadores, filósofos y periodistas.

Se trata de la primera parte de una obra que examina la vida pública de Cristo desde su bautismo en el Jordán hasta la Transfiguración, que en su segunda parte tratará la infancia y la Pasión, según asegura el eximio autor.

Figura convincente

Editado primero en italiano, alemán y polaco, el libro refleja la búsqueda personal del "rostro del Señor" por parte de Ratzinger, que destaca en su comienzo que "no es de modo alguno un acto magisterial [...] por lo que cada uno es libre de contradecirme".

"Yo considero que justo este Jesús -el de los Evangelios- es una figura históricamente sensata y convincente. Sólo si sucedió algo extraordinario, si la figura y las palabras de Jesús superaron radicalmente todas las esperanzas y las expectativas de la época, se explica su crucifixión y se explica su eficacia", dice el Papa en su obra.

Al reflexionar sobre las Bienaventuranzas, en tanto, Ratzinger explica que "después de las experiencias de los regímenes totalitarios, después del modo brutal con el cual pisotearon los hombres [...], redescubrimos el alma de los afligidos y su derecho a ser consolados".

"Frente al abuso del poder económico, frente a la crueldad del capitalismo que degrada el hombre a mercadería, hemos comenzado a ver más claramente los peligros de la riqueza y comprendemos en modo nuevo qué quería decir Jesús al ponernos en guardia de la riqueza", agrega.

El libro consta de diez capítulos. Uno está dedicado por entero a la oración y, en especial, al Padrenuestro que Jesús mismo enseñó. Al analizar la invocación "líbranos del mal", el Pontífice critica la "ideología del éxito y del bienestar" y subraya que el mal "amenaza con tragarnos" y que "esto se acompaña de la disgregación de los órdenes morales mediante una forma cínica de escepticismo e iluminismo".

"Hoy están, por un lado, las potencias del mercado, del tráfico de armas, de drogas, de hombres; potencias que pesan en el mundo y arrastran a la humanidad en vínculos a los que uno no puede sustraerse", afirma Ratzinger. "Por otro lado, están la ideología del éxito, del bienestar, que nos dice: Dios es sólo una ficción; nos hace solamente perder tiempo y nos saca las ganas de vivir", añade.

Contra el colonialismo

Al reflexionar sobre la parábola del buen samaritano (en la que Jesús proclama "amarás a tu prójimo como a ti mismo"), el Papa sorprende al criticar muy duramente el colonialismo occidental en Africa.

"La actualidad de la parábola es obvia", asegura el Pontífice, que indica que "si la aplicamos a las dimensiones de la sociedad globalizada vemos cómo las poblaciones de Africa se hallan robadas y saqueadas [ ] y en eso se incluye sobre todo el hecho de haberlas herido espiritualmente. En vez de darles Dios, les hemos dado el cinismo de un mundo sin Cristo".

Pero el Papa no sólo hace un llamado a comportarse con Africa como un "buen samaritano". También exhorta a los católicos a demostrar caridad con otras personas necesitadas, como "víctimas de la droga, del tráfico de personas, del turismo sexual; personas destruidas en su interior, que están vacías a pesar de la abundancia de bienes materiales".

Pero quizá lo más sorprendente es que Benedicto XVI recurre a Karl Marx, el gran teórico del comunismo, para explicar la situación del hombre alienado: "Marx ha descripto de manera drástica la alienación del hombre. Aunque no ha alcanzado la auténtica profundidad de la alienación, porque razonaba sólo en el ámbito de lo material, aun así ha proporcionado una imagen clara del hombre que ha caído víctima de los saqueadores".

Al final de la obra, Benedicto XVI concluye: "El hombre desea y necesita una sola cosa: la vida, la vida plena, la felicidad".

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia


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LA NACION | 14.04.2007 | Página 1 | Cultura