domingo, octubre 07, 2007

Discurso Final Maby

Hola a todos:

Ya he sido presentada, soy Maby una ciudadana común a la que le tocó vivir hace casi treinta y tres años lo que estoy convencida no perderá vigencia. Algunos conocen mi historia, para aquellos que la ignoran les contaré que: el 1ro de Diciembre de 1974, bajo un ardiente sol en mi Tucumán natal, presencié el episodio más desdichado de mi vida.

Todo mi ser se sacudió ante un hecho cruel, espantosamente doloroso. Atentaron contra mi familia en un ataque inesperado y artero, terroristas del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) asesinaron a mi extinto esposo Capitán Humberto Antonio Viola y a mi hija Maria Cristina de tres años. María Fernanda, de solo 5 años, victima también de esas armas que mi gritos no lograban acallar, quedó tendida con un balazo en su cabeza, mientras yo, aterrorizada no atinaba a nada. En mi vientre con un embarazo de cinco meses, Luciana sufría tanto como su mamá.

Todo comenzó sin que yo pudiera hasta ahora encontrar explicación alguna, era un domingo como cualquier otro, desayuno en familia, misa, y almuerzo con los abuelos. Jamás imagine que todo terminaría así, cuando al querer ingresar a casa de mis suegros nos esperaba la más sucia emboscada, solo puedo relatar lo que mi mente recuerda:- tres móviles, hombres armados, no supe cuantos ametrallaban el auto. Yo me baje para abrir la cochera y de repente un estruendo a mis espaldas, me di vuelta y vi. a Humberto correr no como militar cobarde si no como padre protector de sus hijas. Cayendo con un tiro en su espalda, y encontrándose ya caído fue rematado con dos tiros en su cabeza. Relatar el estado en que se encontraban mis hijas seria demasiado morboso y no deseo caer en eso. No dejando de contar que Fer fue sometida a traumáticas 8 operaciones, quedando con secuelas permanentes. Todo esto aconteció durante el gobierno de la Sra. María Estela Martínez de Perón. Desde entonces cargo en mis espaldas la mochila del dolor, y enfrenté desde muy joven el duro camino de vivir.

Fue pasando el tiempo y con él mil cosas difíciles de relatar. Rehice mi vida y llegó la menor de mis hijas Agustina, ella es al igual que sus hermanas, una cruzada de la verdad histórica. Estoy orgullosa de ellas

En el año 2003 cuando creía que las heridas empezaban a cerrarse y que los argentinos caminábamos hacia un futuro en común sin odios ni rencores; el gobierno nacional nos enfrentó con acontecimientos que me produjeron un profundo disgusto.

Hasta hace muy poco no hablé ni di entrevistas, pero hoy me siento movilizada, enojada y triste porque veo que la sociedad se ha vuelto a dividir arengada por un gobierno con las mismas ideologías de aquellos que atacaron a mi famila. Es por eso que siento que debo defender los ideales por los que a Humberto y a mi pequeña les arrancaron la vida.

Estoy convencida de que debemos reivindicar al viejo ejército, el que se jugó, el que entregó por convicción y valores morales la vida de muchos de sus integrantes.

Vidas de muchos valientes que vestían con orgullo el uniforme conseguido en el glorioso Colegio Militar de la Nación.

Hoy siento que quien comanda el nuevo ejército prefiere claudicar el honor y la dignidad de su investidura, antes que acompañarnos y aceptar la alternativa de verse integrando una lista de desocupados. “General Bendini, ¿Dónde se encontraba usted cuando la cruenta guerra de los años 70?

Hoy duele ver jóvenes oficiales cumplir órdenes que nada tienen que ver con su sentir.

Es inexplicable que por presiones de sus superiores no puedan expresarse, no puedan acompañarnos a rendir homenaje a sus camaradas vistiendo sus uniformes. ¡Que falta de lealtad y de respeto a los que son sometidos! y no lo acepto.

Soy una madre de los 70 como se nos ha dado en llamar. Una mamá que siente lo mismo que otra sin importar la ideología política. Una mamá que vio como a los trece años de lo sucedido el entonces juez federal en Tucumán Dr. Jorge Parche, dejaba en libertad a uno de los asesinos de mis muertos, condenado a prisión perpetua por

“buena conducta, mantener limpia su celda y leer diariamente la Biblia” según me lo expresó personalmente. Adujo También a los organismos de derechos humanos. ¿De que derechos humanos me hablaba? Yo no lo escuche jamás, ni cuando asesinaron a Cristina, tampoco en las operaciones de Fernanda y mucho menos cuando Luciana nació sin papa.

Me pregunto_ ¿Los asesinatos de Humberto y Cristina no se consideran de lesa humanidad?

Todas las madres debemos tener los mismos derechos. Hemos sufrido por igual y vivido el mismo dolor. Debemos tener las mismas consideraciones, ser dignas de respeto por parte de quienes nos gobiernan. Las madres de las victimas de la subversión somos DISCRIMINADAS.

Para el dolor y el sufrimiento no existen ideologías.

Pese a todo lo que estoy viviendo mi esencia pacifista sigue inalterable.

Quiera el Señor que llegue el momento de poder caminar todos juntos. Seguro que esto sucederá cuando desde el gobierno terminen de alimentar el odio, el rencor y los resentimientos y se cuente por fin la historia completa ya que cuando no es total es doble mentira.

Estoy aquí de pie frente a ustedes creyendo día a día en la justicia divina.

Agradezco su atención y el silencio que me brindaron.

Me despido con una estrofa de los versos que el My. retirado Luis Daniel de Urquiza expresara a la memoria de mi hija Maria Cristina “SIGUE VELANDO POR NOSOTROS EN LA GLORIA QUE AQUÍ ESTOS VARONES Y MUJERES TIENEN CON QUE HACERSE CARGO DE LA HISTORIA”

Gracias y hasta siempre.