lunes, noviembre 19, 2007

20 de noviembre 2007.Obligado y Concordia.

20 de noviembre: DIA DE LA SOBERANIA.

DEFENSA DE LOS RIOS INTERIORES DE LA REPUBLICA.

El Río Paraná será defendido el 20 de noviembre de 1845, el Uruguay en enero de 1846 contra los mismos invasores. Al primero quiero referirme , ya conocido como la “Vuelta de Obligado “ y del segundo al fracaso del pirata, aventurero , mercenario G. Garibaldi apoyado por las goletas anglo-francesas que poseía la ciudad de Salto ( R.O.del U ), tomada por asalto y por supuesto saqueada en sus valores. Mi querido amigo , ya desaparecido, el Profesor Erich W. Poenitz, Académico de la Historia por Entre Ríos nos dejó sus investigaciones sobre el desembarco en Concordia de dos lanchones repleto de sus “camisas rojas “ y la carga y entrevero del Capitán Quinteros con más de una docenas de adolescentes que impidieron el robo a perpetrar. Cuatro o cinco muchachos y el jefe quedaron tendidos en nuestras costas frustrando tal osadía.. Hoy el lugar se encuentra en la calle Dr. Chabrillón y el Río. Tan solo a cuatro cuadras de mi casa . Muchas veces al llegar a este sitio observo la pujante ciudad uruguaya y las torres de sus iglesias . No hay un solo símbolo que los recuerde a pesar de reiteradas promesas oficiales cuando el profesor, en acto recordatorio del día de la pequeña-gran defensa, en nombre del “ Centros Malvinas “, que me honro en presidir , así lo solicitó. Pero volvamos al verdadero combate de Obligado.Y permitidme referirme a un estupendo trabajo de Guillermo A. Lousteau Heguy titulado:

JUAN BAUTISTA THORNE,

EL SORDO DE OBLIGADO

En el 75 aniversario de su muerte.

-(Publicado en la revista del Inst. de Investigaciones históricas: JUAN MANUEL DE ROSAS Nº 22-JULIO-DICIEMBRE DE 1960-DEBEMOS AGREGARLE 47 AÑOS MÁS A LA FECHA-Es mi deseo publicarlo en varias etapas, por lo extenso y me he atrevido –solicito disculpas- su introito para luego entrar en el acto que conmemoramos mañana. En otro momento volveremos al antes y después del acontecimiento histórico a referirnos por lo abundante de hechos que seguramente muchos no han de conocer y que muestran esta estupenda vida de héroe de la Patria ).

Amar a la Patria es el amor primero,

Y es el postrer amor después de Dios

Y si es sacrificado y verdadero,

Ya son uno solo amor, ya no son dos.

La batalla de la VUELTA DE OBLIGADO fue una derrota de las armas argentinas. Pero fue un triunfo del temple nacional, de nuestro concepto de la Soberanía. Fue un ejemplo para la América-que bien lo necesitaba- de confianza en nuestro propio destino. OBLIGADO será siempre un símbolo de que los argentinos no estamos dispuestos a que nuestra bandera sea hollada impunemente. Y este símbolo representado por las cadenas que cortaban el libre paso del Paraná el 20 de noviembre de 1845, y por la sangre derramada, sangre que iba a franquear el paso a la gloria de muchos hombres ilustres. Algunos por herencia paterna- Facundo Quiroga, Eduardo Brown –otros porque ya lucían en sus fojas heroicos servicios a favor de la Patria.

Entre éstos, un neoyorquino nacido en 1807, ya conocido por quienes desde 1825, se habían atrevido a enfrentar a las fuerzas navales argentinas, entra por la puerta grande de la gratitud de la Nación Argentina; JUAN BAUTISTA THORNE. De esa gratitud que todavía no se ha manifestado hacia nuestros verdaderos héroes, y que en el caso de Thornes adquiere contornos trágicos. “Llevo en mi cuerpo las severas impresiones del plomo de Brasil, del plomo de Francia, del plomo de la Gran Bretaña, y estos signos me hermosean a mi vista y estos signos me enorgullecen al contemplarlos “ .La frase del héroe resume toda una vida, arriesgada en mil acciones a favor de su patria “por adopción, por simpatía “,y que sin embargo ni el reconocimiento de sus contemporáneos ni el nuestro se ha volcado hacia él en la forma que se merece.

(Ahora dejemos su familia y juventud de batallas famosas y naufragios increíbles y volemos a nuestro sitio a recordar en detalles…)

Los cañones son emplazados, por orden del General Lucio Mansilla, en el paraje denominado VUELTA DE OBLIGADO, donde se pondrán la resistencia que contarán los historiadores y cantarán los poetas, como la epopeya donde el heroísmo se ha derrochado en forma generosa.

Las acciones son conocidas. Saldías las ha reconstruido con profusión de detalles. Troude, en su libro “Batailles Navales de la France “ , ha sido la fuente de las informaciones sobre los prolegómenos y la lucha por parte de las fuerzas aliadas de los unitarios, franceses e ingleses.

Los aliados avanzan por el Paraná, rotas ya toda relación con la escuadra nacional, luego del secuestro de la flota de Brown, en ocasión del sitio a Montevideo es éste.

Es necesario oponerles algo, detenerlos en su avance con los pocos medios que se disponía: Mostrarles que la inferioridad en el que se hallaba la Confederación con respecto a los medios materiales no era obstáculo para que la defensa de la soberanía fuera motivo que impulsaba al puñado de valientes que iba a cubrirse de gloria en OBLIGADO.

El lugar elegido por Mansilla era apropiado para ello. Los hombre también lo eran. Su actuación iba a abrir los ojos sorprendido de los atacantes que recordarán por largo tiempo la batalla. Mansilla insistirá ante Rosas, apremiándolo con la necesidad de abastecerse de municiones.

Hasta el día anterior a la batalla seguirá pidiéndole por cuanto las que tenían “ sólo serían suficientes para un fuego de seis horas, y que era más que probable que si el enemigo atacaba esa posición el combate durase mucho más. El veterano de la Independencia conocía perfectamente las posibilidades y su pronóstico se cumplirá. La falta de municiones fue decisiva para no acarrearle a la flotilla enemiga un desastre.

La defensa fue organizada sobre la base de tres gruesas cadenas que corrían desde unas anclas colocadas en la tierra hasta el bergantín “ Republicano “, en el otro extremo, por sobre las cubiertas de 24 embarcaciones desmanteladas. Según Saldías, “ con esto se propuso Mansilla mostrarles a los anglofranceses que el pasaje del río no era libre y obligarlos a batirse si intentaban forzarlo “

Sobre la tierra se hallaban emplazadas 4 baterías. Una de ellas, la “ Manuelita “, a mando del entonces coronel de artillería JUAN BAUTISTA THORNE – A las nueve de la mañana del 20 de noviembre , los once buques, con un total de 99 cañones, de la flota invasora, comienza el fuego contra las baterías federales. La proclama de Mansilla dará el tono épico a la lucha que seguirá.

A las tres horas de lucha, las municiones comienzan a escasear en las defensas y los actos de arrojo van a reemplazarlas. El capitán Tomás Craig, al mando del “ Republicano “, vuela su embarcación al quemar el último cartucho y pasa a las filas de los servidores de las baterías. Mansilla se encuentra en el sitio donde el fuego es más intenso

Este desborde de valentía parece, en un determinado momento, merecer la suerte de un triunfo, y quedan fuera de combate tres embarcaciones enemigas.

Pero las acciones heroicas se encuentran en los dos bandos, y un jefe inglés , Hope, a bordo de una lancha desprendida de su nave, franquea el paso, cortando la cadena que une a las embarcaciones opuestas a la flotilla anglo-francesa, y comienza el paso de éstas. La batería de THORNE somete al fuego intenso de sus cañones a quienes intentan el paso. Pero lo consiguen y devuelven a THORNE su fuego . Para esa hora, los cañones federales comienzan a callar por falta de municiones y a las 4, el comandante Alvaro Alzogaray, efectúa el último disparo de su batería, la “ Restaurador Rosas “.

La “ Manuelita “ ofrece un espectáculo dantesco, incendiada por el fuego enemigo.

A veces la historia se permite el lujo de aplicar sobrenombres a los personajes. Este lujo, indefectiblemente, se gana en acciones heroicas o de igual trascendencia, y el SORDO DE OBLIGADO no escapa a la ley. Porque ese es el apodo que JUAN BAUTISTA THORNE no escapa a la ley. Porque ese es el apodo que Juan Bautista Thorne gana al perder su oído, por efecto de un disparo enemigo, que le fractura también el brazo. Poco más de las 5, su batería ya calla, y sus servidores en su casi totalidad, convertidos en cadáveres y en héroes, en mártires de la causa nacional.

( Continuaremos con más detalles y cartas elocuentes de los sobrevivientes y sobre todo el destino final al remontar el Río Paraná y su vuelta desde Corrientes donde los invasores serán destruidos desde ambas costas argentinas. El Director. )