sábado, noviembre 24, 2007

GARRE Y EL PRESIDENTE ASUSTADOS POR LAS FARC Y EL MIR DE CHILE



GARRE Y EL PRESIDENTE ASUSTADOS POR LAS FARC Y EL MIR DE CHILE

Otros de los puntos de la operación para “destruir inteligencia militar” esta basada en que se informó que iba a ver una movilización muy importante de organizaciones para reclamar la aparición del cuerpo de Santucho.

Un familiar cercano a Santucho, informó a la SIDE y este al presidente, que miembros de las FARC y el MIR de Chile se movilizarían abiertamente en una manifestación en la Argentina.

El dato también fue investigado por Inteligencia militar incluyendo la presencia del Chavismo y FARC en el interior del país, lo que agravó la orden de desplazar a Montero, ya que estaban descubriendo peligrosamente las operaciones “revolucionarias” y Guerrilleras en la Argentina , donde aparecían muchos personajes y grupos del gobierno. – (Ampliaremos)-


DELITO DE LESA HUMANIDAD POR PARTE DEL GRUPO GUERRILLERO EJERCITO REVOLUCIONADIO DEL PUEBLO ERP

PIDEN DECLARACIÓN DE BONASSO, KUNKEL ABAL MEDINA, LUIS DUHALDE ENTRE OTROS.

Arturo Larrabure solicitó en la causa abierta por el asesinato de su padre, el Cnel Argentino del Valle Larrabure,-secuestrado, torturado y asesinado por el ERP- se cite a prestar declaración testimonial a Juan Manuel Abal Medina, Italo Luder, Miguel Bonasso, Eduardo Luis Duhalde, Carlos Kunkel, Horacio Sueldo, Héctor Sandler y Carlos Cazes Camarero, haciendo hincapié en la actuación que les cupo en las jornadas del 25 y 26 de mayo de l973, en que se liberara a los guerrilleros sin desarmarlos, se suprimiera la Cámara Federal en lo Penal, eliminándose la pena de reclusión perpetua para quien matara a un juez o un militar.

Destacó Larrabure que al considerar prima facie crimen de lesa humanidad el asesinato de su padre, el Fiscal General de la Cámara Federal de Rosario, Dr. Claudio Palacín, enfatizó que “la doctrina y la jurisprudencia internacional tienen dicho que, para la configuración de los crímenes contra la humanidad, el apoyo estatal no tiene por qué estar específicamente referido al acto u actos criminales concretos que se investigan; basta con que el o los Estados involucrados hayan prohijado, alentado y/o tolerado dichas actividades violatorias de los más elementales derechos humanos, en abierta violación al Derecho Penal Internacional”.

Pidió por ello investigar si los integrantes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón, impulsaron o toleraron el accionar terrorista.

A tal fin consideró vital examinar las crónicas parlamentarias del debate de la ley de amnistía dictada el 26 de mayo de l973, donde pueden leerse las palabras del diputado Horacio Sueldo que entonces dijo: “Cuando a nosotros nos preguntan : ¿Uds. quieren la transformación violenta o pacífica? nuestra sencilla respuesta es ¡Queremos la transformación!. Vale decir: queremos el fin, la meta. Lo demás es método variable, opción de cada momento, de cada coyuntura de la historia…Si no socializa la riqueza, el poder y la cultura, no habrá revolución, y si no hay revolución seguiremos por el camino y la tentación de la violencia de arriba y de abajo”

Por su parte, el diputado Héctor Sandler, reclamó que no quedara el menor rastro de ilicitud contra aquellos que habían interpretado la rebeldía popular, pese a admitir haber visto salir los presos de las cárceles comprobando que nadie estaba dispuesto a perdonar nada. Los que eran liberados se abrazaban en un reencuentro de lucha.

El pedido de declaración de Miguel Bonasso, fue fundado en párrafos que el primero volcara en su obraEl Presidente que no fue,”donde relata minuciosamente las citadas jornadas. Recuerda allí Bonasso – que entonces militaba en Montoneros- que debía llevarse a la práctica la consigna: “El Tío Presidente Libertad a los combatientes” reiteradamente proclamada durante al campaña electoral.

“La inmensa mayoría de los presos políticos que poblaban las cárceles de la dictadura militar eran combatientes de las organizaciones guerrilleras. Y esos combatientes, que constituían un paradigma para vastos sectores de la juventud (peronista y no peronista), no debían estar ni un solo día presos con un gobierno popular… Si el pueblo lo pedía el Tío debía hacer la voluntad del pueblo. Tal como lo había prometido en su discurso. Así que, al caer la tarde del 25, las cuatro manzanas que rodean al penal de Villa Devoto se fueron llenando de manifestantes que exigían la liberación inmediata de los detenidos…también hizo su aparición un nuevo actor,…: el Ejército revolucionario del Pueblo; el ERP sin aditamentos…”, rememora Bonasso, sin olvidar la actuación protagónica de Juan Manuel Abal Medina quien entonces mantuvo intensos diálogos con el actual Procurador de la Corte, Esteban Righi, a cargo en mayo de l973 del Ministerio del Interior, a quien reclamó se liberaran los terroristas, subiendo luego a los techos del penal de Villa Devoto para anunciar que “los compañeros” iban a ser liberados esa misma noche” . Así lo había exigido el dirigente del ERP Cazes Camarero al otorgar a las autoridades un plazo de cuarenta minutos para lograr una definición.

Catorce horas después de jurar en el Congreso, se cumplía la principal promesa electoral y el “Tío Presidente liberaba a los combatientes”… “En Rawson se vivían escenas similares”. Hacia allá habían partido los abogados Ortega Peña, Duhalde y Mario Hernández, y los diputados Diego Muñiz Barreto, Carlos Kunkel, Nicolás Jiménez, Enrique Sversek, de la JP, para participar en la liberación y el traslado a la capital de los ciento sesenta y seis detenidos políticos que también tomaron el penal sureño…”, relata Bonasso revelando que el Presidente Cámpora lo vio de esta manera:“la sesión terminó con los parlamentarios de pie y rubricando con aplausos la sanción de la ley. En pocas horas habíamos avanzado en el camino, dejando atrás como una pesadilla viejos agravios, antiguas diferencias, persecuciones estériles. El futuro se presentaba promisorio”

Entre los liberados se encontraban quienes luego secuestrarían a mi padre- concluye Larrabure.