viernes, diciembre 14, 2007

LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS CATACUMBAS DE HOY. 5ta.

LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS CATACUMBAS DE HOY.

Por Alberto Caturelli. Gladius, editorial.

c) DE LA CRISIS AL MATRIMONIO ¿ SOLUCIÓN ? .p.43. 5ª.PARTE. ( saltando algunos artículos… Director. ).

En un documento mimeografiado que circulaba en el ambiente “ tercermundista “, al apoyar la abolición del celibato se sostenía que, en este momento de la evolución histórica de la iglesia predominante “ varonil “ , falta todavía descubrir el “ inexplorado continente de la feminidad “.

No hay en esta opinión ni un ápice de verdad. Encubre una crisis de la fe sobrenatural. Es lógico : si la Iglesia es considerada mítica, utópica y, sobre todo, como Iglesia-Institución ( poder opresor ) y debe revertirse su misión en el mundo dentro del mundo, pierde sentido el sacerdocio ministerial ; si de verdad no se cree en la Iglesia jerárquica ¿ que sentido puede tener el celibato eclesiástico en cuanto a disposición positiva ?. Ninguno.. El sacerdote ha renunciado al matrimonio que es un gran bien, vía de la santificación en el cuerpo Místico ; pero en la medida en la cual su fe se vuelve hacia el “ mundo “ , fatalmente tiene que llegar el día en el que descubra como “ problema “ el “ inexplorado continente de la feminidad “.

Y así como “denuncia “la religión “ alienadora “ que la iglesia- Institución impone al pueblo, así también “ denuncia “ la opresión que ejerce sobre el sacerdote al negarle la posibilidad del matrimonio ; argumentará que el matrimonio proporciona mayor posibilidad de “ encarnación “, que hace posible la realización efectiva y sexual del hombre, que permite ser más capaz de comprender a los demás y, sobre todo, una mayor completidad humana. nada de eso tiene seriedad ; encumbre la causa profunda ; la crisis del sacerdocio ministerial

Imagine el lector el triste papel de quien,, después de la experiencia de largo celibato, sin madurez alguna en la empresa del matrimonio, se lanza a él como una solución. Imposible. Lejos de ser una solución se transformará en nuevo problema . Perdóneme el lector el modo de expresarme ; la crisis no se soluciona en la cama matrimonial, ni se descubre el “ inexplotable continente de la feminidad “ acostándose con una mujer.. este mundo es infinitamente más profundo y más santo, más humano y más divino de lo que aquel pobre puede no podrá imaginar. Repito : si se toma el matrimonio como una solución para aquella crisis del ministerio , se encontrará el sacerdote con un nuevo conflicto y con el sentimiento de un nuevo fracaso. Que no nos digan, luego que algún escándalo, que la “ unión “ con una mujer ( que además es divorciada ) no es pecado y que es una “gracia “; y mucho menos que esa relación nos hace más libres ; lo único que tal situación pone de manifiesto es una dramática inmadurez de la fe, un falsedad consigo mismo y, por fin, para emplear la palabra de moda una alienación personal y religiosa .En suma, el celibato no es , cuando se lo presenta como problema, un verdadero problema ; se trata sólo de un efecto de otra crisis interior y anterior. La “ incapacidad “ para la casta continencia sólo sobreviene cuando se han minado los fundamentos sobrenaturales del sentido del celibato eclesiástico. Los laicos esperamos que pronto pase este “ cisma erótico “ de la Iglesia, como le llamó el más importante filósofo marxista de la Argentina : él lo veía así porque, siendo ateo y materialista, solamente veía la superficie.

c) LA TERRIBLE PRUEBA DE LOS SACERDOTES FIELES.

He escrito muchas páginas para referirme a una suerte de enfermedad que nos afecta a todos. Pero ninguna para los sacerdotes que silenciosos, y fieles, a veces parecen no existir. Es de imaginar las presiones, el dolor silencioso, cierta soledad humana, la tentación permanente a seguir la corriente de los demás… y vivir “ tranquilos “ de una buena vez ; pero también quizá el gozo de luchar en silencio. No me refiero tanto a aquellos sacerdotes a quienes Dios les ha permitido fama personal, prestigio intelectual, y con ello, algunos apoyos humanos legítimos. Me refiero especialmente a los sacerdotes anónimos ( para el mundo ), quizá sin “ sabiduría “ ( de los que admira el mundo ) ; a los que, ante el mito del “ cambio “ dan la impresión de que “ arrastran los pies “, como dice irrespetuosamente el documento mencionado; pienso el sacerdote humilde que predica con su ejemplo, que aún cree en la penitencia y en la oración y pasa horas en los confesionarios , que se entrega de veras a los pobres sin publicar solicitadas en los diarios ;que es pobre y jamás ha “ predicado “ la pobreza , para quien la realidad social no se ha polarizado ( dialécticamente ) entre “ ricos “ y “ pobres” no sólo porque esa tensión no se explica por medios extraños al Evangelio ni es necesaria, sino porque él ama sin hacer distinciones .Se trata de alguien que no sabe responder a tantos agravios dirigidos a su misión ( que ha pasado a ser “ anacrónica , “ individualista “, en fin no “ liberadora “). Es bueno que los laicos tomemos conciencia ( sólo conciencia porque no pensamos “ concientizarnos “ ) de su heroísmo callado. A y través del pueblo cristiano y de esa sal ignorada por el “ mundo “ y despreciada por sus hermanos, vendrá, sin duda, la regeneración. El futuro, es decir, lo nuevo que encierra la tradición y abre el progreso verdadero, no vendrá por otros caminos. Por nuestra parte, los laicos anhelamos, por no decir exigimos, sacerdotes santos.

( Continuaremos, desarrollando otro tema importante : 6ta parte. “3. EL OLVIDO DE SATANÁS Y SU PRESENCIA EFECTIVA “. El Director.