domingo, diciembre 16, 2007

Un librito para recordar3ra.parte.

Un librito para recordar . El Director.

LA EPOPEYA DE LA VENDÉE .3ra parte.

Por GUSTAVO CARRÉRE CADINAT.

“ LA RESISTENCIA “.

Los campesinos se dirigieron hacia el castillo de Pugny, residencia del marqués de Mouroy, antiguo coronel del regimiento de Médoc, para constituir a éste en jefe y fortificarse en sus tierras; no lo encontraron allí , pero obtuvieron de su regidor la bandera de su antiguo regimiento: de seda blanca sembrada de flores de lis en oro, con las armas reales en el centro; fue el primer estandarte de la guerra de la Vendée.

De Pugny, los campesinos se dirigieron a la morada de Brachain, a casa de un noble de la región, antiguo oficial, M.Gabriel Baudry d´Asson, quien, después de haber titubeado, aceptó el mando de casi dos mil hombres presentes y lanzó un llamado a las armas. El 22 de agosto, Bressuire opuso sus viejos muros a los sublevados, mechados no obstante por los fusiles de caza y las guadañas de los aldeanos. El 24 de agosto, día de san Bartolomé, se dio un último combate. Los aldeanos, en número de seis mil y armados con algunas escopetas de caza, barras de hierro, picas, largas horcas, y otras armas improvisadas, hicieron frente a las fuerzas republicanas.

Éstas hicieron fuego sobre los campesinos y los dispersaron. Más de cien perecieron, cerca de quinientos fueron apresados y el resto corrió huyendo a través del campo. El “ Jornal des Deux-Sévres “ escribió que ciento dieciocho sublevados se quedaron allí y añade y añade que “ estaban cubiertos de cruces y rosarios “. Los soldados republicanos llenos de cólera, se ensañaban con los cadáveres : cortando las orejas para hacer escarapelas para los sombreros, que serían exhibidas en la villa de Bressuire. Los prisioneros fueron llevados ante el tribunal criminal, que consideró que debía ser indulgente y los puso en libertad. Así el primer levantamiento de La Vendée se frustró.

Paralelamente a estos acontecimientos los sacerdotes juramentados, muy mal recibidos, debían apelar a la guardia nacional para mantenerse ; la mayoría de los feligreses deseaban y preferían quedarse sin sacerdotes que tener a un constitucional al que no conocían. Ante estos hechos, las autoridades departamentales dejan estallar su resentimiento contra los sacerdotes refractarios. Cerca de cuatrocientos padres, atados de dos, son conducidos bajo guardia a Paimboeuf o son embarcados para España. Otros, cerca de doscientos cuarenta, parten de Saint. Pilles- sur- Vie o de Sables- d´Olonne.

SEGUNDO LEVANTAMIENTO.

La ejecución de Luis XVI, el 21 de enero de 1793, conmocionó a toda Europa .Ello, unido a la política anexionista de la Convención, hizo que la hostilidad exterior contra la Revolución aumentara. Francia, entusiasmada, declaró la guerra a Inglaterra y Holanda ( 1 de febrero de 1793 ), a España ( 7 de marzo ) y a los Estados italianos. Estaba en guerra contra toda Europa ( excepto suiza y los países escandinavos )y decreta el 24 de marzo de 1793 la movilización de 300.000 hombres.

Las primeras proscripciones de sacerdotes habían comenzado en otoño, y las noticias de las matanzas de septiembre llegó hasta las más apartadas aldeas ; a fines de enero, la de la ejecución del rey causó peor impresión. El incendio finalmente estalló en marzo de 1793.

El 3 de marzo se supo que los jóvenes entre dieciocho y veinticinco años serían alistados y enviados al ejército ; aproximadamente unos quinientos jóvenes juraron públicamente no aceptar jamás la milicia revolucionaria.
Las autoridades locales ordenaron el sorteo de los alistados en los centros de distrito, lo que suponía la reunión de ellos en grandes grupos ; en muchísimo lugares estallaron incidentes que costaron la vida a treinta guardias nacionales.

El 12 de marzo, en Saint- Florent, se realizó la convocatoria de los conscriptos ; estos exigieron la rendición de las fuerzas republicanas, que si bien eran inferiores en número, contaban con sesenta armas de fuego y soldados de oficio. Los vandeanos declararon : “ han matado a nuestro rey, expulsaron a nuestros sacerdotes, robaron los bienes de nuestra Iglesia, comieron todo lo que teníamos, ya ahora quieren nuestros cuerpos. ¡ No los tendrán !”. Ante la negativa de los republicanos, se lanzaron sobre ellos, los cañonearon sin éxito y tuvieron que replegarse.

El 13 de marzo, Jacques Cathelineau “de profesión carretero, conocido y respetado por su devoción religiosa, de tan sólo 34 años, casado y con cinco hijos “es anoticiado por su cuñado de lo sucedido en Saint-Fleurent ; al poco tiempo entran preocupados en su casa varios vecinos : el sastre, el carpintero, el herrero, el zapatero , y labradores en número de veintisiete para consultarlo. Entonces se armó de una pistola , ató a la cintura el santo rosario y fijando sobre el pecho la imagen del sagrado Corazón de Jesús , salió a la plaza pública para hablar con sus paisanos ; ante de llegar al extremo del pueblo, quinientos hombres lo seguían : Marcharon al castillo de Jallais, donde había un pequeño destacamento de la guardia nacional con un cañón y lo tomaron; luego cayó la población de Chemillé.

El 14 de marzo9, el abate Barbotin, vicario de Gardes, dio una misa de campaña, en latín y de cara a Dios, al incipiente ejército paisano y católico de aproximadamente unos quince mil hombres; cantaron el Te Deum, se repartieron escapularios y todos tenían cosidos en sus ropas los Sagrados Corazones, y habiendo recibido el sacerdote la absolución de sus faltas, se lanzaron a las órdenes de Cathelieau sobre la ciudad de Chalet. Ni un solo campesino , frente a la Cruz que se elevaba en aquella plaza quedó sin arrodillarse y descubrirse, mostrando una fe inquebrantable.

A veinte pasos de la Cruz, bajo las balas enemigas, los vandeanos rezaban con la misma tranquilidad que si estuvieran en sus iglesias. Chalet fue la primera villa importante que cayó dentro de la escarcela realista. Así, al grito de “ ¡ Viva la Religión !” ,se levantaba en armas toda La Vendée.

DESARROLLO

El clima de los ejércitos vandeanos fue profundamente religioso : las columnas avanzaban rezando el santo rosario ; no podían pasar frente a una cruz sin arrodillarse y rezar , aunque muy rápidamente , un Padrenuestro ; lanzábanse al asalto cantando el Vexilla Regis, los capellanes impartían la absolución antes de que trabara el combate.

El espíritu religioso de daba también entre aquellos jefes salidos del pueblo. Entre los nobles, a quienes los campesinos buscaron en sus propias mansiones y castillos para ponerlos al frente de sus fuerzas , esa religiosidad fue menos espontánea al principio ; pero una vez tomada la decisión, todos se mostraron dignos de la fe sólida y simple de sus hombres.

En forma general se puede dividir la Guerra de Vendée en los siguiente periodos:

La Primera guerra : marzo a octubre de 1793.

El Gran Viraje: octubre a diciembre de 1793.
Las Columnas Infernales : enero a marzo de 1794.

El camino de la Paz : abril de 1794 a febrero de 1795. La Segunda Guerra : junio de 1795 a marzo de 1796.

Como bien nos señala Daniel Rops ; “ A decir verdad, dos Francias se enfrentaron en aquella lucha fraticida. La una, católica y tradicionalista, en la que se confundían convicciones cristianas t realistas hasta el punto de borrar en ella el sentido de la comunidad nacional y aceptar el lanzarse a una revuelta en el instante en que la Patria era invadida por todas partes “ ; al tomar las armas contra un gobierno al que consideraban ilegítimo y tiránico, no pensaban en absoluto en “ traicionar a Francia “. “ La otra, la Francia “ de la montaña “, vagamente deísta , violentamente anticlerical, que no tenía en el fondo otra religión que la de la Patria “.

(Continuaremos con nuestra última parte : “ MÁRTIRES DE LA FE “. El Director.