domingo, diciembre 16, 2007

Un librito para recordarLe Vendée 2da.

Un librito para recordar .El Director.

LA EPOPEYA DE LA VENDÉE. 2da. Parte.

Por GUSTAVO CARRÉRE CADINAT.

“ LA EPOPEYA VANDEANA “

La política religiosa del nuevo régimen y las medidas de excepción contra los sacerdotes no juramentados trajeron una consecuencia cuya trascendencia iba a ser considerable : la sublevación del oeste de Francia, no solamente La Vendée ,sino más o menos todo el país que se extiende desde el norte del Portu hasta la Bretaña y a los confines de la Normandía. Si bien la adhesión a la causa realista intervendría también en su estallido, la fidelidad a la fe y a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana constituyó sin duda el móvil mayor de aquella epopeya.

La “ Epopeya de Le Vendée “ refiere a la gesta católica emprendida por los campesinos y sus familias “ acompañadas por nobles y sacerdotes “ que llevaban la escarapela del Sagrado Corazón y se autodenominaban como ejército católico y real ; se resistían a que la presencia social de Cristo rey, fuera desterrada de sus pueblos, de gran mayoría cristiana.

Esta región, evangelizada un año atrás por san Luis María Grignion de Montfort, fue tan inmunizada contra el virus de la Revolución, que se levantó en armas contra el gobierno republicano y anticatólico de París.

San Luis María Grignion de Monfort tenía a la Santísima Virgen la devoción más ardiente, y hasta compuso en su alabanza el “ tratado de la verdadera Devoción “, que constituye hoy el fundamento más fuerte de toda la piedad mariana profunda.

Por otro lado, con sus misiones aproximaba al pueblo a los sacramentos y lo enfervorizaban en la devoción del Rosario. También la sagrada insignia difundida por el santo “ el Sagrado Corazón en tela roja, encuadrado por las iniciales de Jesús y María “ fue colocado por los combatientes sobre sus chalecos, blusas , o dispuesto como escarapela en los sombreros de amplias alas. El día de la beatificación de este apasionado apóstol, el ilustre obispo de Angers , monseñor Freppel, lo proclamaba solemnemente ante 20.000 vandeanos en St. Laurent- Sur- Séve, lugar donde reposan los restos del extraordinario conmovedor de almas : “ fue por Montfort y sus hijos espirituales, los Misioneros de San Lorenzo, por quienes corrió el flujo fecundo de savia cristiana en los campos del Oeste durante todo el siglo XVIII. Si este siglo fue en otros lugares un tiempo de decadencia moral, en el Oeste, por el contrario, salvo en las grandes ciudades, fue una época de vivificación cristiana durante la cual el pueblo de esta región estuvo como lleno de dos sentimientos igualmente apropiados para engendrar el heroísmo : la fe religiosa y la fidelidad al poder legítimo. Por ello es que, cuando un día de odio y obcecación se llegó a atacar a los ungidos del Señor , a todo lo que representaba Cristo en el estado y en la Iglesia, este pueblo se estremeció y se levantó para defender todo lo que amaba y todo lo que respetaba “.

PRIMER LEVANTAMIENTO.

El 27 de noviembre de 1791 la Asamblea envía a la cabeza de partido de partidos a los curas rebeldes, alejándolos de su comuna , de su centro de actividad pastoral ; los trasladaba a la gran ciudad, sometidos a la inspección, a la inquieta vigilancia de las sociedades patrióticas. Imposible referir todos los clamores que suscitó este decreto ;el aldeano estaba unido al sacerdote por una razón muy natural : el sacerdote era el mismo aldeano, su hijo, su hermano, su primo.

Los sacerdotes refractarios ,reunidos en la cabeza del partido, conocían perfectamente el estado de las campiñas, el dolor profundo de las familias y la sombría indignación de los hombres..Esto les infundió una gran esperanza, y propusieron comunicárselo al rey: En una multitud de cartas que le escribieron en la primavera de 1792, le animaban para que mantuviera firme, que no tuviera miedo a la Revolución y que la paralizará valiéndose del derecho constitucional : el veto.

El 9 de febrero de 1792, sacerdotes refractarios reunidos en Angers, redactaron una carta para el rey, que puede considerarse como el “ Acta originaria de la Epopeya de La Vendée “, ya que la anuncia y predice: “ (…) Señor, sois un hombre piadoso, no lo ignoramos. Haréis lo que podáis…Pero sabedlo, al fin, el pueblo está cansado de la Revolución. Su espíritu ha cambiado ; le ha vuelto el fervor , frecuenta los sacramentos. A las canciones han sucedido los cánticos…El pueblo está con nosotros (…)¿ Se dice que excitamos a las poblaciones ?...Pero es todo lo contrario. ¿ Que sería del reino si no contuviéramos al pueblo ?.Vuestro trono no se apoyará más que en un montón de cadáveres y ruinas… Ya sabéis, demasiado sabéis, señor lo que puede hacer un pueblo que se cree patriota. Pero no sabéis de lo que sería capaz un pueblo que se ve arrebatar su culto, sus templos, y sus altares “.

Las dificultades comenzaron con la Constitución del Clero y su juramento : apenas uno de entre cuatro o cinco sacerdotes estuvo dispuesto a jurar. La resuelta hostilidad de los paisanos de La Vendée para con el clero constitucional se empezó a manifestar : en mayo de 1792 los alcaldes y oficiales municipales de treinta y cuatro comunas de las Mauges se reunieron para tratar esta situación.

El 12 de julio de 1792, la Asamblea Nacional proclamó la “ Patria en peligro “ ; decretó la leva de nuevos batallones de voluntarios. En cumplimiento de dicha ley, el Director del Departamento de Deux- Sévres ordenó a todos los municipios, por resolución del 22 de julio, confeccionar dos listas de ciudadanos : una con aquellos que se alisten y otra con aquellos que se nieguen. Esta novedad causó profunda agitación en la región. El domingo 19 de agosto la noticia de la inscripción de voluntarios y de las persecuciones religiosas provocó la “ primera explosión “.

Los jóvenes de doce municipios vecinos, armados de guadañas y horquillas para recoger paja, se reunieron de Moncoutant ; se agruparon alrededor del alcalde de Bressuire, Adrien Joseph Delouche y llamaron a los hombres para que acudieran a las armas con ellos contra de tiranos al que negaban servir, pidiendo el restablecimiento del rey en su plena autoridad como único medio de retorno al orden social y a la libertad religiosa.

( Continuaremos con la 3ra parte:” La resistencia “. El Director ).