jueves, febrero 21, 2008

El Papa y la existencia del infierno

Agencia Informativa Católica Argentina
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El Papa y la existencia del infierno

La Plata (Buenos Aires)
AICA

Infierno

Infierno

Monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata y reconocido teólogo argentino, califica de “fantasía mediática” a la interpretación de la que se hicieron eco algunos medios internacionales (y también nacionales) acerca de una supuesta contradicción entre la enseñanza de Benedicto XVI y la de Juan Pablo II sobre la existencia del infierno.

Lo dice en una carta enviada al diario platense El Día, donde se publicó un artículo, sin firma, en el que se repite aquella interpretación.

Por considerarla de interés publicamos la carta de monseñor Marino, cuyo texto completo dice:

“Señor Director: Con fecha 2 de febrero el diario El Día, del que soy lector cotidiano, publicó un artículo sin firma (pág. 2) sobre la doctrina de Benedicto XVI acerca de la existencia del infierno. Allí repite una interpretación de la que se hicieron eco algunos medios internacionales, acerca de una supuesta contradicción entre la enseñanza del actual Papa y la de su predecesor Juan Pablo II.

“Con asombro de lector que sabe de qué se trata, leo que la idea de que ‘el infierno existe y es eterno’ sería ‘contraria a lo que defendió el anterior Papa’, quien según el articulista ‘corrigió el concepto tradicional del infierno’. Se afirma que el Papa se refiere al infierno como si fuera un ‘lugar’, y se pretende mostrar una contradicción con su antecesor.

“Gracias a internet, he leído la nota del diario La Repubblica, fuente de la que parece depender; conozco, además, la doctrina del teólogo von Baltasar que es citado como base de la enseñanza supuestamente atribuida a Juan Pablo II; he frecuentado las catequesis del difunto Papa que son allí mencionadas; he leído con detenimiento lo que realmente dijo el actual Papa en el curso de un diálogo con sacerdotes. De todo lo cual deduzco con claridad que la atribución de una contradicción doctrinal en esta materia, entre Benedicto XVI y Juan Pablo II, sólo se sustenta en una inconsistente fantasía mediática. El breve espacio de que dispongo, me impide brindar la prueba minuciosa de cuanto afirmo.

“Me avalan treinta años de docencia universitaria en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina y el seguimiento doctrinal permanente del Magisterio papal. Este ha sido y sigue siendo mi oficio. Por eso hablo.

“Así como en materia de medicina resulta temerario y criticable desinformar a la opinión pública con falsas expectativas fundadas en teorías no verificadas, análogamente afirmamos lo mismo en materia de interpretación de la fe cristiana”.

Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata.+

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