lunes, abril 21, 2008

Relato sobre las quemas

Por mi trabajo, entre otras cosas trabajo en la Isla Talavera, conozco muy bien el manejo de los pastizales de islas, y, por supuesto las constantes ambientales de las mismas.

Normalmente, para esta época procedemos al quemado de pastos, pajas y material leñoso que el vacuno no ingiere en el proceso de engorde primavera-verano.
Siempre que hemos hecho este trabajo, que por lo demás debe hacerse ayudado por gente de isla que conoce bien cómo llevarlo a cabo, hemos sido concientes que durante dos o tres días las poblaciones aledañas al Paraná sufren las consecuencias – humo, hollín, olores – de este mejoramiento del pastizal. Pero nunca han sido de tal persistencia ni magnitud.

El hombre de isla sabe que un incendio de este tipo cuando se desborda pone en peligro no sólo a la fauna de las islas, que es de lo que él vive y a las reservas forrajeras necesaria para sus animales, sino que también él puede sufrir las consecuencias cuando este método – la quema de pastizales – se desmadra. Por eso es menester aclarar ciertas cosas antes de seguir con este tema.

1.- Sé que a mediados de marzo, las municipalidades de los partidos bonaerenses ribereños y la ciudades entrerrianas de Victoria y Gualeguay pusieron especial énfasis en informar y pedir a los isleños y propietarios y arrendatarios de islas que, dada la persistente sequía que afecta al sur de Entre Ríos y norte de Bs. As., que se abstuvieran de quemar pastizales, e inclusive mantuvieron reuniones con los principales propietarios y/o arrendatarios donde éstos se comprometieron a no quemar pastizales.

2.- De igual manera, los que trabajamos en las islas en soporte técnico y asesoramiento de productores (no hay que olvidar que entre otras cosas estas islas poseen importantes forestaciones) éramos concientes que un incendio salido de control afectaría años de trabajo forestal, por lo que se logró un consenso entre los productores de no quemar pastizales hasta que no se supiera si se podían esperar lluvias de otoño que son el control natural de la quema de pastizales.

3.- El INTA informó a los productores que, dado el nivel de sequía imperante una quemazón de paja y restos leñosos sería de tal magnitud que se verían afectado los pastos de invierno.

Por informaciones de isleños, y personal de explotaciones de la zona, a partir de la primera semana de abril se empezó a ver movimiento de gente no conocida.
Hasta el día 8 de abril que un peón me informó que cerca de la costa había una lancha civil con gente desconocida.
Cuando me apersoné al lugar, uno de ellos se me presentó diciendo que era Gómez (el nombre no lo recuerdo) y que traía unos amigos para pescar, y si era posible que allí lo hicieran.
Todo esto me resultó muy sorpresivo ya que yo ubicaba al susodicho como un Subprefecto de la zona de San Pedro de apellido Guglielmo o Guglielmone y a otro, civil – no sé su nombre - que en agosto del año pasado se me había apersonado para preguntar por la dirección del propietario o arrendatario del predio ya que quería pedirle una colaboración para la campaña electoral del Frente para la Victoria, pero al no tener nada que sospechar los autoricé a que, en la medida que no se adentraran en la isla podían pescar donde quisieran.

Cuando esa noche empezaron los incendios supuse que por estúpido había permitido a un grupo de irresponsables que después de un asado no tomaron las medidas pertinentes para evitar un problema; pero empleados nuestros que llegaron al lugar me trajeron restos de cubiertas y dos bidones retorcidos por el calor.

Para finalizar, al otro día me apersoné a Prefectura de Zárate para informar del incendio y que teníamos problemas para apagarlo con nuestros medios, y también para hacer la denuncia de lo que había pasado.
No me tomaron la denuncia, y durante tres días no tuvimos ningún tipo de apoyo para extinguir el fuego que se extendió a las forestaciones y al resto de la isla.

También me apersoné a la policía de Bs. As en el mismo Zárate para presentar mi denuncia, pero la misma no fue tomada con el pretexto, igual al de Prefectura, que un incendio en esta época era cosa común.

De aquí en más, lo que sigue es una historia conocida. Pero excluyo, por lo antedicho de cualquier responsabilidad de este desastre a isleños, propietarios y personal de las explotaciones de las islas.


JUAN BENITO MATTEAUDA
Ingeniero agrónomo y forestal
D.N.I.: 17.035.052