miércoles, mayo 21, 2008

ARTÍCULOS DE MI VIEJO ARCÓN. ( 57 ) Lenín.

ARTÍCULOS DE MI VIEJO ARCÓN.( 57 ).

“ La Prensa “. 19-01-85.

“ Una revolucionario cabal “.

Por Raúl Oscar Abdala.

Admiraba a su hermano mayor, terrorista que fue ajusticiado por intentar asesinar al zar. Siempre llevó consigo su imagen de rebelde; pero repudiaba, por ineficaz, el regicidio. El mal-sostiene- reconoce raíces más profundas que las exorbitancias de un autócrata.

Esta convicción estaba destinada a cobrar mayor vigor tras la deslumbradora lectura de “ El Capital “, la obra más ardua de Marx. Tras la digestión de este libro pesado, que pretende destruir a sus cimientos mismos al régimen capitalista, su negativa a la propensión al fanatismo y la manía de someterlo todo al orden y organización, se fortalecen mediante un proceso de racionalización.

Ya tenemos a Vladimir Illitch Ulianov transformado en un inflamado activista hábil para nuclear voluntades en torno a unos pocos principios dotados de fuerte carga explosiva. Habla caudalosamente, con barata elocuencia, surtida más en cierto patetismo a flor de piel que en la retórica o en graves razones .Y no sólo esto : también escribe e imprime folletos que él mismo- trabajados infatigable- se encarga de repetir entre estudiantes y obreros.

DE PIES A CABEZA.

A poco de recibirse de abogado- sus clasificaciones son las más altas – se une a los socialdemócratas, entre quienes difunde con ese empeño característico de los hombres movidos por una idea fija, el terrible evangelio de Marx.

Este hombre, nacido para la revolución, impresiona no como alguien que encara la realidad a fin de extraerle enseñanza, sino como fuente de corroboración para sus convicciones y cálculos. Es de la raza de Robespierre .He aquí la razón por la cual discute intemperantemente con los social-demócratas- ¡ esos tibios. Esos cabeza de chorlos !-que encuentra a su paso por Europa. Atendiendo a tal circunstancia, uno comprende que lejos de deprimirlo, la prisión retemple su decisión de pelear e incremente su encono contra el régimen.

El joven Ulianov ( más tarde será llamado Lenín ) es un marxista de pies a cabeza. El revolucionario a fondo a fondo, integral, implacable ,bebido a grandes tragos en las ardientes páginas del “ Manifiesto “, no exhibe al aire sus raíces, sino que se lo ve concertando o sostenido , por la filosofía de la historia, el economicismo y la dialéctica aprendida en Marx y Engels. Empero a despecho de su cientificismo socialista, Lenín suele incurrir en juicios torpes, de un sobrecogedor simplismo. Por ejemplo: que destruyendo la City londinense se derrumbaría el sistema capitalista en todo el planeta: o que el fenómeno de la guerra-en realidad, archicomplejo-resulta nada más que de la vigencia del capitalismo. La cabeza no parece darle para reflexionar que los muchos siglos del pre- capitalismo estuvieron sacudidos por guerras crueles y devastadoras.

EL FIN Y LOS MEDIOS-

¡Ah!: también asume-¡y con que entusiasmo !- la ética de Marx, por supuesto. Esa ética se basa en un cómodo relativismo según el cual cada época y cada núcleo social se nutre de sus propios principios morales, y para la cual, como es natural, el fin justificaba los medios, no importa cuáles. Trotsky, que fue durante años su brillante ladero, nos dice que a Lenín ninguna ningunas objeción de naturaleza moral le interesaba, tratándose de alguien con notoria aptitud revolucionaria o de un programa que conseguía seducirlo. Y escribe : “ Lenín tenía una especial moralidad, una moralidad antiburguesa: todo lo que no fuera en bien del partido, no era moral; de ahí que viera con complacencia todas las cosas que se hacían para desposeer a la burguesía de sus privilegios “ ( Lenín, por León Trotsky ) Lo prueba, entre muchos, el siguiente caso: Lenín acaudilló un asalto a una oficina de correos con el propósito de agenciar fondos para el partido. ( A su turno Stalin encabezaría un asalto a un tren )¿ Simple robo ?No: expropiación consumada contra crueles expropiadores de la riqueza social. Estamos pues, a mano ; y la conciencia queda en sosiego, dispuesta a justificar tropelías de mucha mayor entidad.

CÓMO ERA LENÍN.

Era de menguada estatura; algo grueso ;calvicie casi completa; la barba con reflejos rojizos; los ojos inquisidores, socarrones, del tártaro .Testimonio de Bruce Lookhart: “ Parecía un almacenero de provincia, más que un dirigente de hombres.”. Es muy ordenado en las cosas de la vida cotidiana y carece de vicios; sólo algún Hobby la caza, el patinaje. Es, por lo común alegre ; y un detalle más bien sorprendente: es tierno con los niños.

LA REVOLUCIÓN MÁS IMPORTANTE.

Este es el hombre a quien el destino- en lo que el Diablo suele meter la cola -.encargó la revolución más importante de nuestro siglo y, sin duda, una de las más influyente de la historia.

El hecho escandaloso de que la hizo a espalda de la previsiones del “ científico Marx “, según el cual la revolución comunista sólo puede triunfar en países industrializados, con crecidas masas proletarias, revela el espíritu de Lenín y la preponderancia del oportunista y del táctico sobre el doctrinario puro .Y pone de manifiesto, además , que la historia carece enteramente de lógica o, en todo caso, que se maneja con arreglo a una lógica de su exclusiva propiedad. Ajena a los silogismos armados por la pura razón.

¿ Hace falta decir que con Lenín se instaura no un régimen de libertad, de justicia, de bienestar, sino todo lo contrario? Este revolucionario puro y sin mezcla es también jefe nato, el que necesitaba el nuevo régimen .Un jefe con toda la barba, que mediante su dureza pétrea anticipa a las ferocidades de Stalin .Trotsky, que no le escatima estimación nos asegura : ya instalado en poder, Lenín exigía una disciplina de hierro: se consideraba como jefe libre de todo freno- Era un autócrata que trataba al Comité Central a puntapiés “.

Cuando se vio en sus funciones de nuevo zar- zar proletario- disolvió la Asamblea Constituyente, con lo que abrió un paso a la dictadura del Partido comunista que estaba ya en sus manos y canceló a los otros partidos .Es a través del partido bolchevique , cuyas funciones se confunden con las del gobierno que Lenín da vida a un régimen inédito : el totalitarismo, que no es simple autocracia, despotismo o dictadura, sino la posesión de la vida entera de un país- trabajo, producción, cultura- por parte del Estado.

Con esto Lenín había cumplido su destino: arrancar de raíz la antigua nación europea de individualismo y substituirla por un cerrado colectivismo impuesto por el gobierno a sangre, fuego, educación y propaganda.

Las posteriores crueldades de Stalin- más vulgar, menos inteligente y lírico pero menos escrupuloso que él- ; la erección de Rusia como un Vaticano de un diabólico culto con fuerte fundamento religioide; la extensión en escala mundial de la ideología marxista, que no excluye dominio antaño sólidamente acantonados en nociones y emociones opuestos al marxismo; China, Cuba, y Nicaragua bolchevizadas; todo esto proviene de él, estaba ya en él, como la sal en el agua marina; todo ha resultado de la imaginación, el denuedo y el sentido de oportunidad de este revolucionario en estado de absoluta pureza.

DESGRACIA UNIVERSAL.

El más fuerte de una serie de derrames acabó con él, a sus 53 años. Era el 21 de enero de 1924.

Mucho después de esa muerte célebre, Churchill aseguró que la mayor desventura sufrida por el pueblo ruso fue el nacimiento de Lenín. Vistas las cosas en perspectiva histórica, hay abundantes razones para convenir en que este nacimiento ha sido y es la desgracia no sólo de Rusia , sino también de la humanidad-.