lunes, julio 14, 2008

FILICIDIO: OTRO AVANCE DE LA CULTURA DE LA MUERTE

NOTIVIDA, Año VIII, nº 521, 13 de julio de 2008
La Plata, Argentina
FILICIDIO: OTRO AVANCE DE LA CULTURA DE LA MUERTE
En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, que  se transmite por Canal 9 y Canal Santa María, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, cuestionó el dictamen sobre filicidio, emitido por la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados de la Nación.
Tras señalar que la norma provocaría una curiosa disparidad en las sanciones penales que recibirían los delitos cometidos por una mujer que se encuentre “bajo la influencia del estado puerperal”, el prelado planteó: “¿El niño, el neonato, vale menos que cualquier otro ser humano?”. Concluyendo que esta injusta discriminación del recién nacido viola el principio de igualdad ante la ley.
A continuación el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Aguer:
¿VALE MENOS LA VIDA DE UN HIJO?
            “Muchas veces, desde esta columna televisiva, hemos hablado acerca de cómo va avanzando progresivamente, pero de un modo implacable, en la Argentina, la cultura de la muerte. O dicho de otro modo: cómo va retrocediendo el aprecio por la vida”.
 “Nos hemos referido casi siempre a la situación del niño por nacer, pero ahora pareciera que se quiere cruzar una frontera y ya no sólo comienza a menoscabarse la tutela que el Estado debe al niño por nacer, sino también al niño ya nacido”.
 “Me refiero a que la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados ha dado, recientemente, despacho a un proyecto que reduce a su mínima expresión la pena a una madre que ha matado a su hijo”.
 “No quiero entrar en el problema específico del Derecho Penal, pero sí  quiero examinar este síntoma: lo que significa el hecho que mencionamos”.
 “El texto del despacho dice que “se impondrá pena de prisión de 6 meses a 3 años a la madre que matare a su hijo durante o después de su nacimiento mientras se encontrare bajo influencia del estado puerperal”.
 “Lo curioso es que si en la misma circunstancia, es decir bajo el influjo de ese estado particular que sufren muchas mujeres después del parto, mata a una vecina recibiría entre 8 y 25 años de prisión. Y si mata a su marido recibiría cadena perpetua”.
 “Me pregunto, les pregunto: ¿Por qué esta discriminación respecto del hijo? ¿El niño, el neonato, vale menos que cualquier otro ser humano?”.
 “Al parecer se está abriendo la puerta a que ese delito acabe siendo despenalizado y que no se lo considere más un delito. Es algo muy extraño porque aquí lo que está en juego es la igualdad ante la ley. Es muy grave que la ley positiva, en todo caso, discrimine de esta manera al niño recién nacido”.
 “No puedo opinar sobre cuánta pena debe recibir en ese caso, y en los otros casos, una persona que comete tales delitos, pero ¿por qué se discrimina al niño, que es el más indefenso, el más necesitado de tutela?”.
 “A propósito de esto, un pasaje del Catecismo de la Iglesia Católica dice que cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano y, particularmente, de quien es más débil, se quebranta los fundamentos mismos del estado de derecho. El respeto y la protección que se han de garantizar desde su misma concepción a quien debe nacer exige que la ley prevea sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos”.
 “Análogamente este criterio puede aplicarse al caso al cual me estoy refiriendo, el caso de un niño recién nacido a quien su madre lo mata”.
 “Lo que más llama a la reflexión es que la mayoría de los diputados que han propulsado este proyecto son en realidad diputadas, son mujeres. ¿Serán esposas y madres? Resulta esto muy extraño. ¿Será una aplicación, también en este caso, de la famosa perspectiva de género?”.