domingo, agosto 31, 2008

Importante.

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La esposa del capitán Viola pide que el asesinato de su familia sea juzgado como crimen de lesa humanidad

La esposa del capitán Humberto Viola, asesinado por el ERP junto a su pequeña hija María Cristina el 1º de diciembre de 1974 en Tucumán, pide que la masacre de su familia sea juzgada de lesa humanidad, tal como la condena a prisión perpetua a los ex generales Antonio Bussi y Luciano Menéndez.
| 29/08/2008 | 09:59
Foto del capitán Humberto Viola y sus hijas.-
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) El domingo 1º de diciembre de 1974 el sol pegaba con fuerzas en la capital  tucumana. Ese día estaba por suceder una de las operaciones  más criticadas del ERP: El asesinato del capitán Humberto Viola y su pequeña hija de 3 años,  María Cristina. Así sucedían los hechos.
La familia Viola, compuesta por el Capitán Humberto Viola de 31 años, su señora embarazada y sus dos pequeñas hijas, María Fernanda de 5 años y María  Cristina de 3 había desayunado en familia y luego de asistir a misa llegaban a la  casa de sus abuelos paternos en pleno centro de Tucumán para almorzar.
Entonces, un comando guerrillero del ERP había rodeado el auto del militar y  los acribilló a balazos. La pequeña María Cristina murió en el acto, al  igual que su papá mientras María Fernanda quedó gravemente herida y debió  pasar por muchas operaciones. Maby, la esposa de Viola, que en su panza  llevaba a Luciana, no podía creer ni entender lo que estaba sucediendo.
Según publica Wikipedia, en el parte de guerra de la Compañía de Monte  Ramón Rosa Jimenez del ERP, que ajecutó el atentado, se describen los hechos  de esta manera:
"A las 13:13 se acerca el objetivo.
Se marca la señal y se retira el compañero. Se  aproximan el auto operativo y el de apoyo separados 50 a 60 metros; queda el  de apoyo semicruzado en la calle cortando el tráfico y apoyando a los  compañeros. El automóvil operativo se aproxima hasta la misma altura que el  objetivo – el auto y sus ocupantes - quedando medio auto adelantado. Siempre  en los chequeos el sujeto descendía, en esta oportunidad la que descendió fue  la esposa, quedando él al volante a la espera, seguramente para guardar el  auto en el garaje. Al frenar el automóvil operativo disparan el primer  escopetazo que da en el parante delantero izquierdo del parabrisas, el sujeto  se agacha en ese momento y los balines dan de rebote sobre la hija de tres  años que estaba atrás. El compañero de la ametralladora desciende y metiendo  el arma por la ventanilla, dispara una ráfaga corta (4) tiros que dan en el  sujeto que alcanza a descender, la ametralladora se traba, pero los disparos le  dan a la altura de la base del pulmón izquierdo desde atrás, se adelanta mas y  dispara con su pistola y remata al Capitán con un tiro en la cabeza y retoma el  auto, mientras que el camarada de apoyo dispara a quema ropa con su  ametralladora, hiriendo a la hija de 5 años que corre escapando hacia delante.  Ejecutada la operación, la retirada se cumple correctamente. El abandono de  los autos se realizó según lo planificado, lo mismo que la retirada de los  compañeros."
Dicha operación se realizaba en el marco de una campaña de represalia  desarrollada por el ERP a raíz de la Masacre de Capilla del Rosario. Según el  ERP, Viola formaba parte del Destacamento 142 de Inteligencia del Ejército  Argentino, caracterizado por el ERP como miembro del grupo de tareas que,  entre otras acciones, asesinó al líder sindicalista Juan de la Cruz Olmos.
Hoy, la esposa de Viola reclama justicia por la memoria de su marido y de su  pequeña hija. Pide que los asesinatos de Humberto y Cristina  se consideran de  lesa humanidad.
Un corte de la carta publicada el 11 de octubre por la esposa de Viola

"(...) Relatar el estado en que se encontraban mis hijas seria demasiado morboso y  no deseo caer en eso. No dejando de contar que Fer fue sometida a  traumáticas 8  operaciones, quedando con secuelas permanentes. Todo esto  aconteció durante el gobierno de la Sra. María Estela Martínez de Perón. Desde  entonces cargo en mis espaldas la mochila del dolor, y enfrenté desde muy  joven el duro camino de vivir. Fue pasando el tiempo y con él mil cosas difíciles de relatar. Rehice mi vida y  llegó la menor de mis hijas Agustina, ella es al igual que sus hermanas, una  cruzada de la verdad histórica.
Estoy orgullosa de ellas .En el año 2003 cuando creía que las heridas empezaban a cerrarse y que los  argentinos caminábamos hacia un futuro en común sin odios ni rencores; el  gobierno nacional nos enfrentó con acontecimientos que me produjeron un  profundo disgusto.
Hasta hace muy poco no hablé ni di entrevistas, pero hoy me siento movilizada,  enojada y triste porque veo que la sociedad se ha vuelto a dividir arengada por  un gobierno con las mismas ideologías de aquellos que atacaron a mi famila. Es  por eso que siento que debo defender los ideales por los que a  Humberto y a  mi pequeña les arrancaron la vida.
Estoy convencida de que debemos reivindicar al viejo ejército, el que se jugó, el  que entregó por convicción y valores morales la vida de muchos de sus  integrantes.
Vidas de muchos valientes que vestían con orgullo el uniforme conseguido en el  glorioso Colegio Militar de la Nación.

Hoy siento que quien comanda el nuevo ejército prefiere claudicar el honor y la  dignidad de su investidura, antes que  acompañarnos y aceptar la alternativa  de verse integrando una lista de desocupados. "General Bendini, ¿Dónde se  encontraba usted cuando la cruenta guerra de los años 70?
Hoy duele ver jóvenes oficiales cumplir órdenes que nada tienen que ver con su  sentir.
Es inexplicable que por presiones de sus superiores no puedan expresarse, no  puedan acompañarnos a rendir homenaje a sus camaradas vistiendo sus  uniformes. ¡Que falta de lealtad y de respeto a los que son sometidos! y  no lo  acepto.
Soy una madre de los '70 como se nos ha dado en llamar. Una mamá que siente  lo mismo que otra sin importar la ideología política. Una mamá que vio como a  los trece años de lo sucedido el entonces juez federal en Tucumán Dr. Jorge  Parche, dejaba en libertad a uno de los asesinos de mis muertos, condenado a  prisión perpetua por  "buena conducta, mantener limpia su celda y leer diariamente la Biblia", según  me lo expresó personalmente. Adujo También a los organismos de derechos  humanos. ¿De que derechos humanos me hablaba? Yo no lo escuche jamás, ni  cuando asesinaron a Cristina, tampoco en las operaciones de Fernanda y  mucho menos cuando Luciana nació sin papa.
Me pregunto:  ¿Los asesinatos de Humberto y Cristina no se consideran de lesa  humanidad?
Todas las madres debemos tener los mismos derechos. Hemos sufrido por igual  y vivido el mismo dolor. Debemos tener las mismas consideraciones, ser dignas  de respeto  por parte de quienes nos gobiernan. Las madres de las victimas de  la subversión somos DISCRIMINADAS.
Para el dolor y el sufrimiento no existen ideologías.
Pese a todo lo que estoy viviendo mi esencia pacifista sigue inalterable.
Quiera el Señor que llegue el momento de poder caminar todos juntos. Seguro  que esto sucederá cuando desde el gobierno terminen de alimentar el odio, el  rencor y los resentimientos y se cuente por fin la historia completa ya que  cuando no es total es doble mentira.
Estoy aquí de pie frente a ustedes creyendo día a día en la justicia divina.
Agradezco su atención y el silencio que me brindaron.
Me despido con una estrofa de los versos que el My. retirado Luis Daniel de  Urquiza expresara a la memoria de mi hija Maria Cristina "SIGUE VELANDO  POR NOSOTROS EN LA GLORIA QUE AQUÍ ESTOS VARONES Y MUJERES  TIENEN CON QUE HACERSE CARGO DE LA HISTORIA"
Gracias y hasta siempre.