miércoles, noviembre 26, 2008

Caponnnetto 3·- hasta Iv.

Leyendo el libro del amigo Mario Caponnetto : LA PERVERSIÓN DEMOCRÁTICA “.
 3.-si pudiera mencionarse una tercera etapa- no lo hace Montejano, pues su ensayo data de 1966- la misma nos permitiría hacer nuevas distinciones. Por un lado “ la democracia filosófica “, reprobada sin más en su conjunto, por tratarse  de aquella filosofía que la adjetiva del  liberalismo, cien veces condenado de manera inequívoca por Roma. Por otro lado. “ la democracia política “, duramente invalidada porque “ no contempla la referencia a fundamentos de orden axiológico y por lo tanto inmutables “-Juan pablo II. Fides y ratio, 89.-, siendo “ el agnosticismo y el relativismo escéptico “ su “ actitud fundamental “-Juan Pablo II. Centesimus agnus, 46-. Y en tercer lugar “ la democracia ética “, entendida como el derecho natural de todo ciudadano a participar en la vida pública “- Hemos tomado estas definiciones de Carmelo Palumbo. Cfr su Guía para un estudio sistemático de la Doctrina Social  de la Iglesia, Bs.As, CIES.1991.p.222 y ss. –
“ El fin de la sociedad “- ha sintetizado con precisión Monseñor Néstor Villa- “ no es la democracia sino el bien común- Si un gobierno democrático no logra este fin no es un buen gobierno “-Ms.Néstor Villa. La democracia, en Cursos de Cultura Católica. El hombre y la sociedad contemporánea..Vol IX, Bs. As. UCA 1991,p. 116.-¿ Tanto cuesta deducir que esa imposibilidad regular y sin excepciones de asegurar el bien común no se debe a cuestiones accidentales sino que brota de la misma naturaleza del sistema ?.
No es entonces ,en esta tercera etapa, una forma de gobierno legítima y pura lo que defiende la Iglesia, ni una realidad política presente- a la que se inculpa de modo terminante, hasta el punto de considerarla, en unión del relativismo ético, el mayor peligro que se cierne tras la caída física del bolchevismo- sino el derecho y el deber de participar en la vida pública procurando el bien. Fuera de esta concesión conceptual y prudencial, para un católico genuino , el resto de las acepciones democráticas sólo  pueden ser nombres y partes de la Revolución Mundial Anticristiana. Dirá alguno, dirá bien, que precisamente lo que prevalece en los tiempos que corren, son aquellos católicos, aún miembros de la Jerarquía que le dan a la democracia el carácter positivo y salvífico, que tradicionalmente le negó el Magisterio de la Iglesia. In duda. Es la tragedia de “  la dimisión, de la cobardía, del consentimiento al suicidio […] de un cristianismo traicionado y cautivo “, como gráficamente lo sintetizó Madirán- Jean Madirán. Las dos democracias. Bs.As [Iction].1980.p.128-No se nos escapa que purpuradas testas cruzan hoy espadas por la democracia, cuando debieran desenvainarlas con honor y morir con ellas en las manos por la Principalía de Jesucristo .Peripecias doliente de una apostasía que no intentaremos explicar sino llorar, y sobre todo reparar con el vino antiguo y añejo y siempre nuevo de la recta docrina. Pero tampoco se nos escapa que no es dogma de fe ni anula el magisterio bimilenario y perenne, cualquier fracesilla pronunciada circunstancialmente a favor de la democracia por alguna autoridad de la Iglesia en algún rincón ignoto del planeta En la Iglesia , la últimas palabra no puede anular la primera: si la última ofrece dudas o ambigüedades, debe resolverse a la luz de la que ninguna duda abrigue, aliente o suscite.
“ Llama nuestra atención- escribe certeramente Enrique Broussain refiriéndose a Becar Varela, y después de discernir la recta doctrina de la falsa de la mano del Magisterio-“ que el hombre de premisa conceptuada no se halla  allanado a avizorar la entidad del asunto, sobre todo cuando éste ya ha sido tratado y expuesto por el Magisterio y teólogos y filósofos católicos ortodoxos “. Llama la atención , es cierto pues  si hay un tema que ha sido abordado con la suficiente amplitud pedagógica como para n o dar lugar a dudas, ha sido éste. El asombro se disipa , en cambio, cuando comprendemos que no hay tal  “premisa conceptuada “ en el hombre que de este modo se explaya. Propio del sabio es distinguir y ordenar, ya lo he dicho. Si no hay distinci0ones ni ordenamientos, no está el sabio, está el sofista. Es el sofista el que escribe que la democracia “ es una de las tres formas de gobierno admitidas por la doctrina de la Iglesia “. El sensato , en cambio, está obligado a tener muy en cuenta las distinciones que hemos sintetizado, de la mano de la siempre invocada pero no siempre estudiada “ doctrina de la Iglesia “.
( Continuaremos con : -IV- “ Lo principal y lo subalterno en la perversión democrática. “.El Director )