martes, noviembre 04, 2008

Santos y difuntos, fiestas olvidadas que hay que recuperar

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Santos y difuntos, fiestas olvidadas que hay que recuperar
 
La Plata (Buenos Aires), 3 Nov. 08 (AICA)

Conmemoración de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos
Conmemoración de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, advirtió que “las fiestas que celebramos los católicos el 1º y el 2 de noviembre pasan casi inadvertidas últimamente para la mayoría de la gente, para la mayoría de los argentinos, y me temo que también para algunos o muchos católicos”, por lo que exhortó a recuperarlas.

     Tras recordar que “hace cincuenta años atrás, o un poquito más, eran días feriados y uno al encender la radio encontraba una música que llamaba al recogimiento, a la meditación”, destacó que así “se intentaba transmitir un mensaje de serenidad sobre todo el 2 de noviembre”, a la vez que “la visita al cementerio era una práctica común, que indicaba también que esas fiestas tenían una vigencia cultural”.

      “Hoy día no han quedado prácticamente rastros de ellas. Por empezar, la supresión del feriado ya influye negativamente pero, además, ahora nos ha invadido la tristísima moda de Halloween”, lamentó.

     El prelado platense consideró que “es necesario recordar qué significan para nuestra fe estas dos conmemoraciones y retomar la vivencia de ellas para darles, luego, en la vida de los fieles, una nueva proyección cultural”.

     “La Fiesta de Todos los Santos  -indicó- viene a recordarnos cuál es nuestra meta. Nos indica cuál es la dimensión inmensa de la Iglesia, que no se agota en el pueblo de Dios que peregrina en la tierra sino que tiene allí, en el Cielo, en la Jerusalén celestial, la imagen plena y cumplida de lo que la Iglesia toda ha de llegar a ser. Este es un momento para pensar en el cielo, ya que celebramos a la multitud de los bienaventurados, de aquellos que viviendo la fe cristiana alcanzaron la salvación y gozan con Cristo en la gloria. Es la imagen del Cielo como meta de la vida del hombre y del cristiano la que se nos propone en esta solemnidad”, la perfección del amor como ideal a lograr”.

    El arzobispo señaló que “al día siguiente, la conmemoración de todos los Fieles Difuntos nos invita a orar, a ofrecer nuestras buenas obras, la visita al cementerio, que está indulgenciada por la Iglesia , la celebración de la misa, la participación en la eucaristía por nuestros hermanos difuntos”.

     “Esta celebración  -agregó- expresa también nuestra fe acerca de la purificación ultraterrena, necesaria para alcanzar la bienaventuranza eterna. Además, este misterio nos recuerda la comunión de los santos, porque lo que es tan íntimamente personal como la culpa, el perdón, la salvación, no lo vive el cristiano aisladamente, sino en la comunidad de salvación que es la Iglesia. De tal modo que en el encuentro con Cristo más allá de la muerte, en el trance de la purificación, no estamos solos sino que interviene, en este encuentro, la Iglesia toda con su oración, con su súplica, con su sufragio”.

     Monseñor Aguer aseguró que “no se puede improvisar nuevas expresiones espirituales y culturales de estos misterios de la fe que se celebran el 1º y el 2 de noviembre”, pero consideró que lo que hay que hacer es “reevangelizar una cultura descristianizada”.

     “Da pena observar cómo se ha difundido la moda de Halloween, apoyada por algunos medios de comunicación: disfraces siniestros, evocación de sectores tenebrosos de la existencia humana que son tomados con frivolidad, juguetes con la muerte, las brujas, el diablo y el infierno; series de terror en la televisión. ¿Qué tenemos que ver nosotros con todo eso? ¡Nada! ¡A celebrar, pues, como corresponde, el día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos”, concluyó.+

Texto completo de la alocución

FUENTE AICA