martes, septiembre 08, 2009

BenedictoXVI: visita "ad limina" de obispos brasileros: se dejó de hablar de ciertas verdades fundamentales de la Fe, como el pecado, la gracia, la vida teologal y los novísimos.

 
BenedictoXVI: visita "ad limina" de obispos brasileros: se dejó de hablar de ciertas verdades fundamentales de la Fe, como el pecado, la gracia, la vida teologal y los novísimos.

Hemos traducido para este copete uno de los párrafos más "picantes" del discurso del Papa Benedicto XVI con motivo de la vista "ad linmina" de varios obispos brasileros. Esperamos que su lectura "abra el apetito" de nuestros lectores para leer el resto del texto en portugués, que es casi idéntico al idioma español. Si algún lector se anima, tiene permisio para traducir íntegramente el documento y luego enviárnoslo para su publicación en este sitio.
"(…) Queridos Hermanos, en los decenios que siguieron al II Concilio Vaticano, algunos interpretaron la apertura al mundo, no como una exigencia del ardor misionero del Corazón de Cristo, como un pasaje a la secularización, vislumbrando en ella algunos valores de gran densidad cristiana como igualdad, libertad, solidariedad, mostrándose disponibles a hacer concesiones y descubrir campos de cooperación. Así se asistió a intervenciones de algunos responsables eclesiales en debates éticos, correspondiendo a las expectativas de la opinión pública, pero se dejó de hablar de ciertas verdades fundamentales de la Fe, como el pecado,  la gracia, la vida teologal y los novísimos. Insensiblemente cayóse en la auto-secularización de muchas comunidades eclesiales; Éstas, esperando agradar a los que no venían, vieron partir, defraudados y desengañados, muchos de aquellos que tenían: nuestros contemporáneos, cuando vienen a estar con nosotros, quieren ver aquello que no ven en ninguna parte, o sea, la alegría y la esperanza que brotan del hecho de que estamos con el Señor resucitado. Actualmente hay una nueva generación nacida ya en este ambiente eclesial secularizado que, en vez de registrar apertura y consensos, ve en la sociedad el foso de las diferencias y contraposiciones al Magisterio de la Iglesia, sobre todo en el campo ético, ampliarse cada vez más. En este desierto de Dios: la nueva generación siente una gran sed de transcendencia. Son los jóvenes de esta nueva generación que llaman hoy a la puerta del Seminario y que necesitan encontrar formadores que sean verdaderos hombres de Dios, sacerdotes totalmente dedicados a la formación, que testimonien el don de sí a la Iglesia, a través del celibato y de la vida austera, según el modelo del Cristo Buen Pastor. Así esos jóvenes aprenderán a ser sensibles al encuentro con el Señor, en la participación diaria de la Eucaristía, amando al silencio y a la oración, procurando, en primer lugar, la gloria de Dios y la salvación de las almas. Amados Hermanos, como sabéis, es tarea del Obispo establecer los criterios esenciales para la formación de los seminaristas y de los presbíteros en la fidelidad a las normas universales de la Iglesia: en este espíritu deben ser desarrolladas las reflexiones sobre este tema, objeto de la asamblea plenaria de vuestra Conferencia Episcopal, en abril pasado. (…)