martes, febrero 16, 2010

Oyarbide, de carnaval en Gualeguaychú

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Oyarbide, de carnaval en Gualeguaychú

Acompañado por su pareja y un par de guardaespaldas, el juez federal Norberto Oyarbide se paseó este fin de semana por el sambódromo de Gualeguaychú para disfrutar de uno de los carnavales más impactantes del país. Sin embargo, el magistrado debió interrumpir la velada cuando la multitud se percató de su presencia, tal vez por el llamativo chaleco plateado que vestía, y comenzó a dedicarle un cantito que se generalizó en cuestión de segundos. "¡Metelos presos, la p... que los parió!", recitó el coro durante largos minutos, lo que obligó al juez que sobreseyó a Néstor Kirchner de la denuncia por enriquecimiento ilícito a abandonar la platea y dejar por la mitad una botella de champagne.
Defensor inesperado
Los Kirchner siguen siendo un misterio para Estados Unidos. Al menos eso quedó en claro en recientes conversaciones que tuvieron dirigentes alejados del Gobierno con autoridades de la administración de Barack Obama. Uno de ellos, Alberto Fernández, habló del desconcertante presente y futuro del país con Craig Kelly (subsecretario asistente para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado) y Dan Restrepo (delegado para América latina en el Consejo de Seguridad Nacional), dos de los asesores centrales de Obama para cuestiones de la región. Para sorpresa de sus interlocutores (y lejos de lo que esperaría el Gobierno), Fernández defendió a la nueva presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, a quien él había llevado al oficialismo. "No va a hacer locuras", les dijo a los norteamericanos, según trascendió en Washington. Marcó del Pont es una de las pocas integrantes del oficialismo que mantienen el diálogo abierto con el ex jefe de Gabinete, a quien Kirchner no le habla desde hace más de un año.
Pelea en ciernes
Cuentan quienes conocen a Aníbal Fernández que en los últimos días manifestó angustia ante sus amigos. El jefe del Gabinete, pese a su aspecto arrollador, considera en la intimidad que ciertos errores del Gobierno, groseros, en especial en el caso Redrado-reservas, causaron una crisis difícil de sortear, que puede tener consecuencias. Dicen que lo afectaron mucho algunos malestares de Néstor Kirchner, que antes de su operación de carótida no se mostró del mejor humor. Además, el jefe de Gabinete es blanco de críticas del ministro de Planificación, Julio De Vido, con quien tiene una tensa relación. Las peleas internas a veces no dan descanso a los ministros.
Fútbol para casi todos
La orden política llegó con fuerza fulminante desde lo más alto del poder: los periodistas Sebastián Vignolo y Enrique Macaya Márquez no podrán sumarse al equipo de relatores y comentaristas que transmitirán el Mundial de Fútbol en Canal 7. Los dos periodistas tenían casi acordada su incorporación al proyecto del canal estatal para Sudáfrica 2010. El motivo del veto era explícito: "Están muy identificados con el Grupo Clarín", les dijeron a las autoridades de la emisora que conduce Tristán Bauer. Vignolo y Macaya eran las caras visibles de Fútbol de Primera en Canal 13 y TyC antes de la irrupción del Estado en la televisación del torneo local.
Adoctrinado
Se sabe que Kirchner suele obsesionarse con el mapa de fidelidades y traiciones en la región política más influyente del país: el conurbano, pero no que llevaba esas preocupaciones hasta el mismísimo Calafate. Parece que el episodio en cuestión ocurrió una semana antes de que el ex presidente fuera internado de urgencia. Cuentan que ya le preocupaba demasiado la solapada rebeldía del intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi. Tanto que, enterado de que estaba de viaje por la zona, lo mandó llamar ansioso, con carácter de urgencia. Según relatan, usó la residencia que comparte con su esposa para adoctrinarlo un buen rato y repartir un par de promesas. Ahora, dicen que Giustozzi es más kirchnerista que nunca, otra vez.
Regreso del vocero mudo
Después de meses de estar alejado de la vida pública, el hombre paseaba su silenciosa figura por las góndolas de un supermercado del Gran Buenos Aires que era inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner, la semana pasada. Tras ser desplazado de la vocería presidencial, Miguel Núñez reapareció en un acto del Gobierno. Fiel al método que lo hizo famoso en sus años de gestión, se mostró monosilábico, lacónico, esquivo y ciertamente impreciso en sus respuestas cuando la prensa le trasladó algún interrogante o inquietud. Por ejemplo, cuando se le preguntó si estaba ya en funciones como nuevo agente de prensa de Néstor Kirchner en la Cámara de Diputados. "Hum? No sabés: me operaron la rodilla y no puedo caminar nada? Me duele un montón", fue su incomprensible respuesta. Luego se le preguntó por la salud de Kirchner. "¿Cómo están las cosas en Gobierno?", fue su incomprensible segunda respuesta. Era, a todas luces, el regreso de un vocero sin voz.
Se pelean por todo
Ahora, los peronistas bonaerenses se pelean hasta por el lugar de veraneo. La pulseada interna arrojó un cruce fuerte entre el vicegobernador provincial, Alberto Balestrini, y el intendente de Tigre, Sergio Massa. El primero había enrostrado hace días al segundo que veraneaba en "uno de los más exclusivos paradores de Pinamar, al mejor estilo de la época menemista". En el PJ comentaron con cierta malicia en estas horas que Balestrini fue visto la semana última con su esposa en Pinamar, paradójicamente, comiendo en una confitería de Bunge y Jonás, pese a que veranea en una quinta del conurbano.
Mejor no lo digas
Carlos Reutemann suspiró fastidiado cuando se enteró de uno de los apoyos que había cosechado con sus denuncias al Gobierno. Nada menos que Domingo Cavallo, el polémico ex ministro de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa, lo elogió profusamente y dijo: "Es el hombre que está en mejores condiciones de apelar no sólo al voto peronista, sino al voto independiente, y formar un gobierno responsable". Gente del entorno del ex piloto sospechaba que algún kirchnerista pícaro le había pedido un "favor" a Cavallo. ¿Será así?