jueves, abril 15, 2010

Inflación: no suben los precios, baja el poder de compra del peso

Roberto Cachanosky | Ver perfil
Opinión

Inflación: no suben los precios, baja el poder de compra del peso

Por Roberto Cachanosky
Especial para lanacion.com

Jueves 15 de abril de 2010 | 01:13 (actualizado a las 01:13)

Dejando de lado los pases de magia que intenta hacer el Indec para mostrar una inflación menor al 10% anual, la inflación proyectada del primer trimestre apunta a superar cómodamente el 35% anual. Las expectativas inflacionarias de la población están en línea con esta proyección. Mientras tanto, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, sigue insistiendo en ejercer un férreo control de precios y se sumerge en inútiles cálculos de costos y rentabilidad al tiempo que el Banco Central sigue imprimiendo billetes a marchar forzada que deterioran el poder de compra del peso. Lo que no advierte Moreno, sumergido entre planillas de costos, es que no son los precios los que suben sino que es el peso que se deprecia. Tiene un problema de ilusión óptica.

Dos razonamientos de base tiene el secretario de Comercio cuando gasta su tiempo en inútiles cálculos de costos y rentabilidad. El primer problema que tiene Moreno es que no entendió un concepto básico de economía, a saber: no son los costos los que determinan los precios de los productos, sino que son los precios que la gente está dispuesta a pagar por cada producto los que determinan los costos en que puede incurrir una empresa para producir ese bien. Para ponerlo en términos lo menos agresivos posible, Moreno razona al revés.

¿Por qué razona al revés? Porque ninguna empresa puede pagar cualquier nivel de salario, alquileres de oficinas, insumos, entre otros; luego sumar todos los costos y agregarle la tasa de rentabilidad que se le ocurra y establecer el precio de venta como si la demanda fuera a pagar cualquier precio que se le pase por la cabeza a un empresario. Al respecto hay varios libros muy interesantes que muestran cómo fracasaron empresas por creer que podían poner cualquier nivel de precio a los productos que fabricaban. Le sugeriría a los funcionarios del Gobierno que lean: Ganadores y Perdedores. Creadores y Víctimas de la era de Internet, de Kieran Levis y encontrarán, por ejemplo, el fracaso de Mac cuando intentó ponerle a sus computadoras precios que la gente no estaba dispuesta a pagar e ignoró el rol de sus competidores en el mercado.

El sueldo del empleado, el precio de los insumos, los alquileres y demás costos los determina el consumidor cuando decide hasta qué precio está dispuesto a pagar por un determinado producto.

Primer problema de razonamiento, entonces, es que Moreno trabaja mucho y hace eficientemente un trabajo ineficiente, porque lo que hace no sirve para frenar la inflación, por el contrario, Moreno contribuye a disminuir la oferta de bienes al espantar las inversiones.

Segundo problema. ¿Qué parámetros usa Moreno para determinar si la rentabilidad de una empresa es muy alta, baja o normal? La tasa de rentabilidad en Argentina tiene que ver, entre otras cosas, con la incertidumbre que genera las arbitrariedades del Gobierno, por ejemplo el ineficiente trabajo que eficientemente hace Moreno. ¿Qué tasa de rentabilidad puede cubrir los permanentes cambios en las reglas de juego que impera en el país? ¿Cómo se puede hacer un cálculo económico en una economía que tiene una inflación del 25 o 30 por ciento anual y subiendo? ¿Cómo pueden hablar de tasa de rentabilidad si los balances no se ajustan por inflación? Ni siquiera algo tan elemental como la ausencia de una moneda que sirva como unidad de cuenta es entendido por el kirchnerismo a la hora de determinar si una rentabilidad es alta o baja.

Por otro lado, si el problema del Gobierno y de Moreno es que la rentabilidad es alta y no hay inversiones, lo que tendrían que hacer es desregular y abrir el mercado para que entren nuevos competidores de manera de incrementar la oferta y se reduzcan los precios. Y si el problema es que no hay inversiones, lo que tiene que preguntarse el Gobierno es porqué no hay inversiones. Claro, responder correctamente a esta pregunta sería como si el Gobierno se viera en el espejo. El espejo le devolvería la cara de los responsables.

En síntesis, mientras la gente, particularmente los más pobres, padece un fuerte proceso inflacionario gracias a que el Central cree que se puede crear riqueza imprimiendo billetes, Moreno se esfuerza por hacer eficientemente un trabajo intrínsecamente ineficiente, y hacer eficientemente un trabajo ineficiente no implica tener un resultado positivo. Por el contrario, lo que se consigue es agravar el problema.

Dicho con todo respeto, a los argentinos nos saldría más barato pagarle el sueldo a Moreno para que se quede en la casa en vez de seguir pagándole para que complique aún más un problema inflacionario que tiene su origen por la calle Reconquista.