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EDITORIAL

Chimentos

Puede que sean chismes de peluquería las revelaciones del Departamento de Estado norteamericano, pero cualquiera con un grado de conocimiento político normal sabe que, buena parte de cuanto ha trascendido, fue dicho a distintos diplomáticos estadounidenses por interlocutores argentinos. Si el país entero hablaba de la "bipolaridad" de Cristina; de la "omnipotencia perversa" de Néstor; de los "negocios" de De Vido y Jaime; del "poco respeto" hacia las instituciones y demás temas que han salido ahora a la luz, por qué razón no habrían llegado a oídos de esos funcionarios extranjeros. Lo lógico es que en las cientos de conversaciones mantenidas con periodistas, políticos del oficialismo y de la oposición, intelectuales, economistas y analistas de distintas observaciones ideológicas, los yanquis hayan escuchado lo que luego mandaron en cables cifrados a su cancillería. En una palabra, mas allá del papelón del país más poderoso del mundo --que no sabe guardar sus secretos-- nada nuevo bajo el sol.