martes, enero 17, 2012

Farsa y papelón del gobierno con la operación presidencial

10.01.2012 | Política | Por: Guillermo Cherashny

Farsa y papelón del gobierno con la operación presidencial

Por Guillermo Cherashny para el Informador Público
La telenovela de la operación presidencial sigue su curso. Nuestro colega y médico Nelson Castro reveló que un estudio médico estableció dudas sobre la existencia de un cáncer de tiroides y que el diagnóstico de la clínica Maipú habló de “compatible”, por lo cual tampoco afirmó rotundamente que la presidente tenía un cáncer. Pero el apuro por tapar la compra presidencial del piso de 2 millones de dólares en el Madero Center pudo más que todo. A tal punto que no se habló más de ese tema escandaloso. Se puede evaluar que, para la presidente y su mesa chica, la diferencia entre cáncer sin metástasis o un simple tumor no era demasiado importante, ya que ninguno de los dos implicaba peligro de muerte. Pero la palabra cáncer sí permitía montar un show que rememoraba los festejos del bicentenario y el lanzamiento de Tecnópolis, en este caso con un toque de alta dramaticidad. Así las cosas, esta cirugía era en realidad la tercera zaga de una serie de la farándula. Sin embargo, esta vez apareció el papelón cuando después de la operación se anunció que no había cáncer, tal vez debido a la imposibilidad de continuar sosteniendo médicamente la farsa.

La realidad se impone
El espectáculo se transformó entonces en un papelón mediático bien explotado por muchos medios -empezando por Clarín- que fueron severamente criticados por el gobierno nacional. Éste confía en que la gente no les haga caso a los grandes diarios.
Después del papelón, el gobierno tuvo que minimizar la sequía para que la opinión pública no tome conciencia de que la caja se está agotando. Pese a que las cuentas cada vez cierran menos, Cristina todavía duda en eliminar totalmente los subsidios a la energía y el transporte, con lo cual se ahorraría unos 20.000 o 25.000 millones de pesos. Hasta ahora solamente se redujeron subsidios por 5.000 millones de pesos. Es cierto que tiene una alivio, porque la soja está en 450 dólares la tonelada después de casi tocar los 400 dólares. Sin embargo, el peligro de la sequía y los daños ya consumados garantizan unos U$S 3.000 millones menos de recaudación impositiva. Todo esto en momentos en que los dos impuestos vinculados al consumo, el IVA-DGI y el impuesto al cheque, cayeron exponencialmente en diciembre, como señalamos ayer.

Otra mala noticia es la suba del petróleo debido a la escalada del conflicto entre los Estados Unidos e Irán, acentuada por lo que está ocurriendo en las internas primarias republicanas, donde todos los precandidatos proponen atacar militarmente a ese país, mientras el régimen de Teherán amenaza cerrar el estrecho de Ormuz. Esta suba del petróleo adquiere suma importancia, porque en el 2011 el déficit de la balanza energética fue de U$S 3.500 millones y este año se asegura que estará entre 8.000 ó 10.000. Entonces, hay que mirar atentamente el precio de la soja, la cantidad de toneladas que finalmente se cosechen y el precio del petróleo, para saber si caemos en estanflación o en un crecimiento del 2%. Todo esto muy lejos de las tasas chinas de otrora.