miércoles, enero 02, 2013

Advertencia de un arzobispo al Gobierno: "El que siembra vientos, cosecha tempestades"

Advertencia de un arzobispo al Gobierno: “El que siembra vientos, cosecha tempestades”

Héctor Aguer, de La Plata, señaló que "nada bueno se puede esperar de la promoción insensata de la discordia".

31/12/12 - 12:13
La Iglesia viene advirtiendo sobre el riesgo de que se profundicen las divisiones en el país. Su documento de fines de noviembre fue claro al respecto. Pero el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, acaba de ser particularmente contundente y, en una implícita advertencia al Gobierno por su estilo confrontativo, señaló que "nada bueno se puede esperar de la promoción insensata de la discordia". Y, en ese sentido, apeló al conocido refrán: "El que siembra vientos, cosecha tempestades".

En obvia referencia al intelectual kirchnerista Ernesto Laclau, ideólogo del fogoneo de los conflictos como forma de gobierno, Aguer se preguntó "cómo puede sostenerse la cohesión social, la concordia de la vida civil, si se adopta como inspiración de los propósitos de cambio hacia una sociedad más justa una teoría dialéctica según la cual hay que agudizar las contradicciones, o crearlas si no existen, e identificar y destruir al enemigo".

En su mensaje con motivo de la Navidad y en vísperas de un nuevo año, el arzobispo platensese refirió a los recientes saqueos a supermercados como "problemas crónicos de la sociedad argentina" y consideró que estos hechos "pueden recibir interpretaciones diversas, opuestas o complementarias entre sí".

"Como base de una situación penosa de fractura social se encuentra la decadencia cultural de un pueblo en el que vastos sectores carecen de educación y de trabajo, quiero decir: de educación integral que no sólo instruya sino que forme a la persona y de trabajo genuino que dignifique a quien lo ejerce y lo incorpore al servicio de la comunidad", opinó.

"Decadencia cultural significa desquicio de la familia, disminución y aun pérdida del sentido moral, olvido de Dios y de sus mandamientos, que son mojones de la civilización. A la indiferencia e insensibilidad de los satisfechos corresponde el resentimiento de los marginados y excluidos, atizado éste por ideólogos y oportunistas que agravan los conflictos", advirtió en un mensaje de Navidad.

Tras señalar que "el que siembra vientos cosecha tempestades", sostuvo que "nada bueno se puede esperar de esa promoción insensata de la discordia que soslaya las auténticas soluciones, siempre trabajosas, pero que requieren otra inteligencia de la realidad y otro espíritu, una voluntad recta y generosa de dar a cada uno lo suyo, según el derecho y la caridad".