miércoles, octubre 02, 2013

El buque de guerra de Malvinas tocó fondo y analizan desguazarlo | Días de Historia

EL SANTISIMA TRINIDAD TERMINO DE HUNDIRSE

El buque de guerra de Malvinas tocó fondo y analizan desguazarlo

El destructor misilístico ARA Santísima Trinidad tocó fondo ayer en un muelle del Puerto Belgrano, en el sur de la provincia de Buenos Aires. La Armada confirmó que personal especializado del Servicio de Salvamento y Buceo elabora un peritaje para determinar la magnitud del daño. “En base a ello se determinará si se dispone a reflotar la nave a pasarla desguace ”, contó la fuente naval a Clarín. En la madrugada del lunes comenzaron a circular rumores del sumergimiento de una de las naves insignias de la Guerra de Malvinas. Ayer por la tarde el buque había tocado fondo. El hundimiento del destructor ARA Trinidad causó pesar en la comunidad de Punta Alta, al sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, donde está emplazada la Base Naval Puerto Belgrano.
Desde el año 2004, cuando se le dio de baja, se encontraba amarrado en uno de los muelles del asentamiento militar, en una zona de bajo calado, con apenas 5 metros de profundidad. Es por eso que, luego de sufrir una avería en una de las tuberías del sector de máquinas, se hundió sobre uno de sus lados quedando recostado sobre el fondo del mar.
 
Durante la Guerra de las Malvinas, el buque formó parte de la Fuerza de Tareas FT. 40, estando bajo las órdenes del Capitán de Fragata José Luis Tejo. El objetivo de la FT, contó ayer el oficial, era “capturar los Objetivos Cuartel y efectivos de los Royal Marines, la localidad de Puerto Argentino y Faro San Felipe. También colaborar en la captura del Aeródromo de Puerto Argentino y efectuar inicialmente, el control sobre la población a fin de contribuir a ocupar y mantener las Islas Malvinas, ejerciendo simultáneamente el Gobierno Militar del territorio”.
 
El buque cobró notoriedad en el conflicto bélico cuando el 2 de abril, partieron el capitán de corbeta Pedro Giachino y sus buzos tácticos en botes de goma hasta tierra. “Era el buque insignia durante el desembarco en la Guerra de Malvinas. Los hombres que iban allí tomaron la casa del gobernador. El buque se había incorporado hacía tres meses a la flota de mar, era nuevísimo ”, agregó Tejo.
 
El episodio ocurre a menos de dos semanas de que el Gobierno recibiera la Fragata Libertad en Mar del Plata. Fue allí donde organizó un acto donde habló la Presidenta y estuvieron presentes los integrantes de su gabinete. El diputado nacional Gustavo Ferrari se refirió ayer al hundimiento del Santísima Trinidad y lo calificó como “un hecho vergonzoso y contradictorio por parte del Gobierno, que monta una fiesta para celebrar la repatriación de la Fragata Libertad mientras que deja hundir a otro buque histórico”. Las manifestaciones de tristeza inundaron las redes sociales en Punta Alta. “Lo que vemos ahí es un reflejo de lo que sucede en la flota”.
 
Un barco que se usó como fuente para repuestos
En el sector náutico recomiendan el desguace, porque reflotarlo sería demasiado costoso.
 
Tras su último viaje operativo en 1989, el destructor Santísima Trinidad arribó a Puerto Belgrano quedando allí hasta la actualidad. Su exacta similitud con el Hércules, hizo que durante las últimas dos décadas la Armada decidiera tomar partes del Trinidad para reparar a su gemelo.
 
Esta operatoria se repitió durante años, dado que conseguir repuestos y partes originales se hizo imposible: los únicos que los tenían eran los astilleros ingleses, y comprarlos o repararlos allí siempre se descartó tras la guerra con los británicos). De ese modo, la Armada quitó piezas mecánicas y electrónicas del Santísima Trinidad, hasta taquillas enteras y mobiliario, para mantener al Hércules.
 
La Armada informó ayer que primero evaluará el daño provocado sobre la tubería del sector de máquinas. Y de eso dependerá si se decide poner a flote el buque o pasarlo a desaguase.
 
Fuentes ligadas al sector de reparaciones navales de la ciudad de Punta Alta -con activa participación en tareas dentro de la base naval- aseguraron que no tendría sentido económico enmendar el casco de la nave para ponerlo a flote. Uno de los motivos principales es que la nave no está operativa desde 1989. Fue dada de baja en 2004.
 
En los últimos años, en algunos rincones de la Armada de Punta Alta, se escucharon versiones sobre la posibilidad de convertir al buque en un museo. “¿Pero quién va a hacer un museo si no hay un mango? Lo único que pueden, es hacerlo flotar de nuevo, no hay posibilidad que la hagan andar. No tiene sentido”, confió un empresario del sector. “Sería una locura que malgastaran la plata ahí.
 
Hay que desguazarlo y dejar libre el lugar en el muelle”, opinó la fuente consultada. En un cálculo aproximado, se estima que sólo volver a poner el buque a flote, demandaría cerca de $ 1 millón, si se tienen en cuenta no solo los gastos de reparación, sino también los de operatoria, con la contratación de una grúa flotante y el traslado de la nave. Oficialmente, fuentes navales sostienen que por estas horas se evalúa la gravedad de los daños.
 
En los últimos meses varias de las naves de la Armada sufrieron desperfectos, que especialistas aducen a la falta de inversión (Spiro, Espora y Gómez Roca, sumado a la reparación aún no finalizada del Rompehielos Almirante Irizar). Esto justificaría la interpretación de que reparar el destructor Trinidad, con el sólo objetivo de ponerlo a flote, sería exigir por demás el gasto destinado a estas embarcaciones.
 
El ministro de Defensa no descartó un posible sabotaje
Dijo que coincidió “con la exitosa gira de Cristina”. Y habló de sanciones en la Armada.
 
El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, no descartó un sabotaje en el hundimiento del buque Santísima Trinidad en la Base Naval de Puerto Belgrano. Y anunció que pidió que la Armada instruya un sumario y que podría haber sanciones porque el hecho le parece “muy raro”.
 
El funcionario aseguró que se abrió una “válvula” y que ello produjo “un naufragio en cuestión de horas en momentos cuando nuestra Presidenta estaba cumpliendo una exitosa gira por el exterior”, por lo que no descartó un sabotaje en ese hecho.
 
“Me parece muy raro que un buque que está desactivado pueda hundirse en cuestión de horas”, señaló el funcionario. Y añadió: “Pedí al jefe de la Armada que instruya un sumario porque hay una mano rara o hay que buscar una explicación coherente y lógica porque es un buque del 70 y se hunde estacionado en el puerto. No descarto absolutamente nada porque hay quienes usan a las Fuerzas Armadas para criticar a nuestro gobierno”.
 
En tres meses hubo tres episodios que pusieron la cartera de Puricelli en el foco de polémicas.
 
Primero ocurrió la crisis de la Gendarmería cuando el Gobierno lanzó un ajuste a principio de octubre. Entonces fue tiempo de una discusión salarial. Después vino el episodio de la Fragata Libertad. Y si bien ese traspié fue producto de una acción de los fondos buitre, el ministerio de Defensa incurrió en un gasto que no estaba planificado para 2012: U$S 50.000 por día desde el 2 de octubre hasta el 22 de diciembre cuando zarpó la nave de Ghana.
 
Ahora, el hundimiento del buque ‘Santísima Trinidad’ denota, una vez más, no sólo la falta de recursos para sostener la infraestructura sino también la voluntad política para mantener la estructura del área de Defensa.
 
Los especialistas coinciden que escasean los fondos para el mantenimiento de la infraestructura del sector. Pero no sólo eso. También supone un gran esfuerzo pagar los salarios. Los sueldos de las fuerzas armadas y de seguridad son, en promedio, 50% más bajos que los salarios del todo el resto de la administración pública nacional según un informe de ACM.
 
El gasto en defensa presupuestado para este año es $26.000 millones. El incremento presupuestado será de 19%.
 
Tejo sostuvo que el deterioro progresivo del buque se originó después de la guerra de Malvinas, cuando Inglaterra se negó a vender repuestos. Ante la falta de ellos se decidió dejar en funcionamiento sólo uno de los buques, que fue el Hércules, y sacrificar al otro”, explicó. Sin embargo, Puricelli descartó que la causa del desplome de la nave esté vinculada a que “se haya ‘canibalizado’ para sostener al Hércules”. Y agregó que “voy a extremar las medidas para que nuestra Armada de una explicación lo suficientemente sólida para que el pueblo argentino se quede tranquilo, y sepa que a nosotros no se nos hunden los buques porque sí ”, concluyó el ministro de Defensa
 
 
por Martín Mendigochea


Un buque histórco de la Guerra de Malvinas se hune en Puerto Belgrano
Luego del escándalo del embargo de la Fragata Libertad en Ghana y de la rotura de la fragata Spiro en Sudáfrica, el destructor misilístico Santísima Trinidad -fuera de servicio desde 2004- se hundía ayer en Puerto Belgrano. Tres ejemplos recientes que demuestran el mal estado de la flota de guerra. El diputado radical Julio Martínez dijo a Clarín que “sobre 60 barcos de la Marina, el año pasado sólo estaban en condiciones de navegar 16. El cuadro ahora debe ser más grave. Esto es producto de la falta de presupuesto a que el Gobierno somete a la Armada”.
Por el hundimiento del Santísima Trinidad, un caso que fue revelado por medios locales y luego cobró notoriedad nacional, la Armada envió ayer a la mañana personal especializado del Servicio de Salvamento y Buceo para evaluar la situación. Según esos expertos, “la escora fue producida c omo consecuencia de la rotura de una tubería de 6 pulgadas, lo cual produjo un importante ingreso de agua”.
 
La Armada informó que “ante la cantidad de agua embarcada que superó la capacidad de las bombas de achique, se procedió a retirar al personal que se encontraba trabajando y a los buques próximos que se encontraban amadrinados junto a él, en la espera que la embarcación toque fondo con la baja (de la marea) y de esta manera poder trabajar con mayor seguridad”. En los próximos días tratarán de que vuelva a flotar normalmente.
 
La Armada planeaba hacer un museo con el Santísima Trinidad, en vez de venderlo como chatarra como hizo el ex presidente Carlos Menem con el portaaviones 25 de Mayo en los noventa.
 
Se trata de uno de los dos destructores misilísticos tipo 42 que Gran Bretaña vendió a la Argentina antes de la guerra de Malvinas de 1982. Es un gemelo del Hércules y en 1975 sufrió un atentado de parte de Montoneros (ver “El atentado montonero”).
 
 
Tiene 125,6 metros de eslora, 14,3 metros de manga y cala 5,8 metros. Con una tripulación estimada en 300 hombres, el Santísima Trinidad estaba equipado con misiles superficie-aire. Tenía un cañón de 115 mm. y dos ametralladoras de 20 milímetros. Además de lanzatorpedos y radares de búsqueda en aire y superficie, más sus sonares. Transportaba helicópteros Alouette y Fennec.
 
En 1982, tuvo un papel destacado en la “Operación Rosario” con la que Galtieri ordenó el desembarco en las islas, al transportar comandos anfibios y a dos secciones de la agrupación de buzos tácticos. El desembarco fue a las 21.15 del 1° de abril de 1982 en la zona de Puerto Enriqueta, en Malvinas. Horas más tarde, esas tropas lograron la rendición de la compañía británica que resistió en la casa del gobernador malvinense. Es de la misma clase que los destructores británicos HMS Sheffield y HMS Conventry, hundidos durante la guerra de Malvinas.
 
Pero por el bloqueo militar que Londres dispuso después de la guerra, empezó a usarse menos debido a la falta de repuestos.
 
Durante el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín se intentó venderlo, junto con su gemelo el Hércules, a Sudáfrica, entre otros destinos, pero la operación fracasó. Así empezó a ser “canibalizado”, a sacársele repuestos para ponérselos al Hércules. Ahora, se hunde.
 
El atentado montonero
El 22 de septiembre de 1975, mientras estaba en el astillero Río Santiago, el Santísima Trinidad sufrió un atentado. El montonero Máximo Nicoletti, un buzo experto, le había colocado cargas explosivas que le provocaron daños. Después del Golpe, Nicoletti fue capturado por un grupo de tareas de la ESMA y empezó a colaborar con ellos. En 1982, recibió la orden del almirante Anaya de atacar de la misma forma a un buque inglés de Gibraltar bajo lo que se conoció como “Operación Algeciras”. Nicoletti viajó a España y se instaló en el puerto de Algeciras. Cuando la fragata HMS Ariadne ingresó al puerto, Nicoletti tenía todo listo. Pero por una serie de escuchas telefónicas, la Policía española lo detuvo antes.
 
por Daniel Santoro
Fuente: 
Diario Clarín 22/1/2013
Informacion Adicional: 
Operación Algeciras: la trama oculta detrás del hundimiento del Santísima Trinidad
La increíble historia del hombre que atentó contra el buque en 1975 para montoneros y luego trabajó para la Armada durante la guerra de Malvinas. Fotos.
 
El destructor de la Armada Santísima Trinidad, que por la rotura de una válvula de seis pulgadas, comenzó a hundirse el domingo en la costas de Bahía Blanca fue protagonista en 1975 de un ataque con bombas orquestado por la organización peronista Montoneros. 
 
El autor del hecho, Máximo Nicoletti, un experto buzo que años más tarde pasaría a responder a las filas militares, organizó un ataque con explosivos el 22 de septiembre del '75 mientras el buque se encontraba en los astilleros de Río Santiago. Las bombas fueron colocadas por buzos en la base de la embarcación. 
 
Aunque la explosión causó graves daños, no destruyó a la embarcación, pero puso en alerta a la Armada. 
 
Años anteriores, Nicoletti también había colocado explosivos contra blancos policiales. El 1 de noviembre de 1974 puso una carga, que fue accionada por control remoto, en una embarcación de recreo del entonces jefe de la Policía Federal Argentina, Alberto Villar. La explosión mató al comisario y a su mujer. 
 
Nicoletti fue capturado por un Grupo de Tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) desde donde "sirvió" para delatar y facilitar la detención de sus propios compañeros en la guerrilla. En 1982, durante la guerra de Malvinas, participó de la  "Operación Algeciras", nombre con el que se conoció el ataque a buques ingleses en España durante el conflicto bélico de nuestro país con Gran Bretaña. 
 
Por orden del almirante Jorge Isaac Anaya, de la Armada Argentina, Nicoletti viajó a España y se instaló en el Puerto de Algeciras, donde se hizo pasar como falso pescador para poder organizar el ataque. Una serie de escuchas telefónicas, sin embargo, logró desbaratar la operación y fue detenido junto a sus cómplices por la policía española. 
 
El 28 de febrero de 1994, Nicoletti fue detenido acusado por el asalto a un blindado con un banda integrada por policías, suboficiales del Ejército, agentes de inteligencia y ex integrantes de Montoneros y el ERP.