miércoles, diciembre 25, 2013

NAVIDAD: JESÚS TRAE LA PAZ

Saludo de Navidad
Queridos amigos:

    El profeta Isaías anunció la venida del Mesías salvador como el Emanuel, Dios con nosotros, que nace de una joven virgen (Is 7,14), y que viene a nosotros como “príncipe de paz” (9,5).
    Cuando el Emanuel nació en Belén, los ángeles cantaron “una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo”: el niño recién nacido trae paz en la tierra a los hombres amados por Dios (Lc 2,10-14).
    En la montaña, ante una multitud que lo escuchaba, Jesús proclamó: “Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9).
    Pocas horas antes de morir Jesús dijo a sus discípulos: “Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!” (Jn 14 27).
    El primer saludo del Resucitado fue: “¡La paz esté con ustedes!” (Jn 20,21).
    Los discípulos salieron a los pueblos “anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos” (He 10,36).

    Recientes acontecimientos de violencia, temores que persisten, y un clima de crispación y desconfianza instalado en la ciudadanía, van debilitando la amistad social.
    En Navidad llega Jesús, y trae gracia, serenidad y paz a quienes abren sus puertas para que Él entre. Deseamos que al recibirlo crezca en todos el deseo y el esfuerzo por la paz ciudadana y la amistad social.
    ¿Cómo recibir la Navidad? ¿Elegir la frivolidad? ¿Sucumbir ante la angustia? ¿Encontrar a Jesús, fuente de paz y de Vida?

    ¡Señor Jesús, te necesitamos!
    Queremos recibirte como los pastores de Belén y como los discípulos en la hora de tu Pascua, para que renazca la paz, la verdadera paz, la de los espíritus.
    Jesús, te pedimos que hoy, como entonces cuando te manifestaste en nuestra carne y en nuestra condición humana, llegues trayendo paz, a los corazones, a las familias, a los vecinos, a la ciudad, a la patria, al mundo.
    Jesús, en esta Navidad ven a nosotros. Danos la gracia de recibirte con fe, con un corazón puro como el de tu madre María, con una esperanza serena como la de José, el hombre justo que te cuidó como padre.
    Jesús, fortalece nuestras obras en el amor para el bien común, para la solidaridad, para la mano tendida hacia el vecino en amistad y servicio.
    ¡Ven, Señor Jesús! Ven, te recibiremos, para que puedas hacer nuevas todas las cosas.

    Deseo a todos, a cada uno, a las familias, a la comunidad,  que en esta Navidad puedan sentirse bendecidos por el Niño con el mismo amor que él recibió de María y José, y con el mismo amor que Él dio hasta entregar su vida por nosotros. ¡Feliz Navidad!

+ Luis Armando Collazuol
Obispo de Concordia

Concordia, Navidad de 2013