miércoles, agosto 06, 2014

LA REVISTA DEL FORO
                                           SUPLEMENTO ESPECIAL
                                                    
                                  lunes, 04 de agosto de 2014

RAPACES HÁBILES Y NEGOCIADORES TORPES                RAPACES HÁBILES Y NEGOCIADORES TORPES


RAPACES HÁBILES Y NEGOCIADORES TORPES


Las características del ave rapaz llamado buitre lo definen como una especie que por tener dificultades para cazar presas vivas porque sus garras son planas, se alimenta de cadáveres. Todo cuando hace por instinto de conservación, preservación y perpetuación de su especie, se trasmite a los pichones bajo precisos códigos genéticos. Poner en paralelo con estos bichos carroñeros a los poseedores de bonos de la deuda externa argentina por su modo de comportarse, sugeriría que habitamos un país financieramente cadavérico. Pero no es así ni lo será nunca. Nuestro pueblo sustenta valores sustanciales innegociables y reservas morales suficientes, en contraposición con los desatinos, flaquezas éticas y malas costumbres de gobiernos de turno.

La herencia genética de los seres humanos (forma en que los progenitores dan a su descendencia los caracteres que ellos poseen, es decir que el genotipo del nuevo ser está constituido por el aporte de ambos) es una cosa. Pero otra cosa son las malas costumbres, la voracidad y la falta de escrúpulos ante la insaciable predilección por el dinero, que cada uno incorpora haciendo uso de su libre albedrío.

Convalidar el mote de buitres exclusivamente a ciertos grupos de holdhouts conociendo sus opciones nutricionales, es una ofensa que nos hacemos a nosotros mismos. Han habido administraciones que fueron criando rapaces de las finanzas y que ahora nos quieren sacar los ojos. Los buitres obran conforme a su naturaleza; los hombres según sus ambiciones muchas veces malsanas.

Los buitres comen hasta saciarse y allí paran. Los holdhouts tienen un rasgo particular: nunca se llenan, nunca se detienen, nunca se satisfacen. Pero existe un componente fundamental que interviene en esta obsesión de ahorro oportunista y especulador para colmar al máximo su apetito y es que ello no se genera en una propuesta propia sino que se pone en acción cuando algún país les pone sobre su mesa alimentos muy apetitosos. Y ellos aceptan, siempre aceptan, porque las condiciones que se pactan les garantizan enormes réditos con cero esfuerzo y porque hasta recostados en una mecedora sienten que sus capitales se engordan.

Pero dejemos de lado las analogías de ciertos bicharracos con el género humano y desechemos eufemismos y juegos semánticos que buscan arteramente dispersar la comprensión del drama que hoy nos aflige a los argentinos Hablar de default real o virtual,  selectivo o semi default (?), resulta hilarante, como si una mujer pudiese estar sólo algo embarazada. Si existen los holdouts renuentes y angurrientos y si existe un juez Thomas Griesa hierático y severo, es porque detrás y en el tiempo existieron funcionarios aviesos y mal intencionados que condujeron la economía del país hacia el abismo. Porque en cadena hubieron una estatización de la deuda privada, un corralito, un Plan Canje, un Plan Brady, un Megacanje y una intolerable pesificación de los depósitos en dólares y reprogramación de los depósitos producidos en 2001 y 2002, más la entrada y salida de la convertibilidad.

Cuando el recordado periodista deportivo Horacio García Blanco debió dejar de tratarse en Europa por una patología terminal porque el banco (todos los bancos) en el cual confió se apropió salvajemente de sus depósitos en moneda verde, deviniendo ello en su fallecimiento por interrupción de terapia, tuvimos la dimensión del peor despojo registrado en la Argentina, por argentinos y contra argentinos. Todo un fratricidio financiero alentado por gobernantes traidores a la patria.

Un réquiem para los ahorristas que hoy, como el que se quemó con zapallo y termina soplando hasta la sandía, duermen con un ojo abierto. ¿Porqué no temerle a una nueva maniobra bajo supuestas necesidades patrióticas de un gobierno que no sabe cómo salir del atolladero? ¿Qué plantea malintencionadamente las opciones Griesa o Cristina, Buitres o Patria. ¿No fueron buitres vernáculos los que se llevaron los fondos de Santa Cruz?

Entonces, cuando escuchamos a nuestro impulsivo y arrogante ministro de Economía, hablar con tanta autoridad y buscar el modo de victimizar al gobierno ante el fracaso de las negociaciones, nos genera vergüenza ajena. No era el tenor de la noticia que todos anhelábamos escuchar frente al televisor. En todo momento se refirió con desprecio a quienes les debemos pagar. Y juzgó a Thomas Griesa con malas maneras, ignorando que hay países donde la justicia es independiente del poder gobernante y allí los Oyarbide no tienen sitio ni salvoconducto para la prevaricación impune.

El servilismo de la prensa militante K cambió los términos al titular: Argentina rechaza la presión de los buitres y no hay acuerdo, siendo que los acreedores, aunque no nos agrade, no hacen más que usufructuar las condiciones que nuestros negociadores les ofrecieron aceptando previsibles riesgos. La evidente incompetencia está llevando a que los bonistas que aceptaron el canje en otros términos se rebelen exigiendo igual trato en  los montos a recibir. No será lo mismo pagar 1.500 millones de dólares que tener que abonar entre 15.000 y 20.000 millones más.

Un aspecto esencial en la historia de esta tragedia, es que durante décadas las discusiones y acuerdos fueron encarados soslayando la intervención del Congreso que dispone el artículo 75º, inciso séptimo.

Ahora, caído el relato de un ministro idolatrado por la presidente, cuyo mensaje dio pena, se pretende barajar y dar de nuevo. Se está jugando con el futuro de 41 millones de argentinos y peor aún, de hijos y nietos que acarrearán con las consecuencias de un festival de desatinos. Pero nos olvidamos de que el mundo sigue andando (en eso tuvo razón CFK) y el país debe seguir soportando sus graves problemas domésticos donde nada tienen que ver las aves rapaces.

El señor Axel Kicillof, sabe que deberá ocuparse de la inflación, la recesión, el desempleo, los efectos materiales y emocionales de su frustrada tarea en Nueva York –donde cumplió órdenes de Cristina Fernández y descartó consejos valiosos de prestigiosos economistas compatriotas– y del drenaje de divisas del Banco Central. Hoy pareciera que todo el mundo es culpable menos los sucesivos gobiernos que nos metieron en tamaño maremágnum.

Qué lejos se ven los eufóricos anuncios cristinistas de que las reservas habían alcanzado récords históricos y que los superávits gemelos (fiscal y comercial) no paraban de crecer. El saqueo de fondos del BCRA “prestados” de por vida al Poder Ejecutivo y las descendentes cifras de los “gemelos”, ya no pueden edulcorar el relato. De un ministro que se jacta de un arreglo leonino a favor del Club de París y de un pago indebido a una multinacional, ¿qué se puede aguardar de bueno para el país?

No se puede alardear de ejercicio soberano, cuando se reconoce al Club de París una deuda de U$S 9.690 millones, de los cuales la mitad es por intereses de punitorios y a los que habrán que agregarse futuros intereses que cerrarán la deuda en 11.000 millones de la verde moneda. Los acreedores jamás esperaron tantas atenciones. Y agreguemos el pago acordado con la multinacional Repsol que, según dijo Axel Kicillof, nos debía pagar a nosotros por daños ambientales y le pagaremos U$S 6.500 millones en bonos que con intereses llegarán a 9.000 millones. Y además, está el pago al CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), por 500 millones de dólares. Tal parece que le debemos a cada santo una vela. Y existe otro riesgo, el de ser obligados a cancelar el total del crédito cuando no saldemos en tiempo y forma una cuota vencida.

Detrás de todos los estragos ocurridos en casi cuatro décadas a partir de una deuda exterior de 7.000 millones de dólares en 1976, ha habido nombres propios. Domingo Felipe Cavallo fue el responsable de estatizar la deuda privada, pero hubo otros que, como él, provocaron gran perjuicio y hoy circulan orondos por la república. Salen al exterior, dan conferencias y vuelven sin problemas.

¿Cuándo nuestra presidente se dignó condenar la deuda espuria, ilegal, inmoral y fraudulenta? ¿Cuándo, mientras ocupó bancas del Congreso, impulsó la formación de la comisión dispuesta por el histórico fallo del juez Jorge Ballestero para investigar el vasallaje sufrido? El olvido se entiende si miramos que nada se ha hecho por cancelar la deuda interna.

“Las deudas con los centros financieros del poder reemplazan hoy a las armas de los viejos imperialismos. La deuda es, pues, el yugo del nuevo imperio”, escribió Alejandro Olmos en su libro Todo lo que usted quiso saber sobre la deuda externa y siempre se lo ocultaron – Quiénes y cómo la contrajeron.

El estratega militar prusiano Carl von Clausewitz (1780-1831), dijo que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Nosotros, modestamente, nos arriesgamos a pensar que la deuda externa es la guerra por otras formas.





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