miércoles, marzo 25, 2015

argentina El Gobierno argentino convirtió en un «show» el piso donde murió Nisman

Simpatizantes de la presidenta Cristina Fernández empapelan el centro de Buenos Aires con imágenes del domicilio del fiscal poco después de hallarse su cadáver

El Gobierno argentino convirtió en un «show» el piso donde murió Nisman
Un grupo de ciudadanos se manifiesta en Buenos Aires contra la versión oficial sobre el caso Nisman
El morbo se ha sumado al cóctel de ingredientes de mal gusto que salpica la muerte, en circunstancias sin esclarecer, del fiscal general argentino Alberto Nisman. Mientras leales al Gobierno empapelan las calles del centro de Buenos Aires con fotografías del difunto Nisman acompañado de bellas mujeres y la leyenda: ¿Nisman somos todos? televisiones y periódicos difunden la serie —casi completa— de las imágenes tomadas en el apartamento del fiscal al descubrirse su cadáver.
La secuencia, una veintena, recoge instantáneas de la cocina, el salón, el cuarto de baño y otros rincones del lugar del siniestro. En las mismas se aprecia algo parecido a una multitud —una quincena de personas— que va de un lado a otro en lo que algunos especialistas resumen como «contaminación de la escena». La fiscal Viviana Fein está presente en la mayoría de las fotos. Los «testigos» tienen las manos descubiertas a excepción de un cámara de televisión que lleva guantes. Las tomas más impactantes son las del cuarto de baño donde se aprecia una enorme mancha de sangre en el suelo y restos sobre el lavabo.
Hay un primer plano de la pistola con la que el fiscal se suicidó o «le suicidaron» ya que, dos meses después de su muerte, aún se desconocen las causas de la misma. Se trata del arma que le entregó Diego Lagomarsino, el informático, a Nisman. Lagomarsino es el único imputado en la causa judicial pero lo está únicamente por prestarle el arma al hombre que acusó a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de complicidad con prófugos iraníes acusados de terroristas. Según Lagomarsino, la pistola no tenía número de serie, pero en una fotografía se aprecia con claridad el número 35099.
Otras imágenes enfocan los restos del proyectil que atravesó la cabeza de Nisman, el vestidor, el dormitorio con la cama deshecha y los mandos de la televisión sobre las sábanas así como otras instantáneas que destapan restos de sangre en lugares que aparentaban estar inmaculados. El fiscal murió cuatro días después de denunciar a la presidenta argentina y al canciller Héctor Timerman, entre otros, por supuestamente orquestar un plan para exculpar a los acusados iraníes del ataque a la mutual judía AMIA en 1994. La denuncia fue desestimada por el juez federal Daniel Rafecas, pero el fiscal Germán Moldes sostuvo ante la Cámara Nacional de Apelaciones el recurso de apelación contra ese fallo de primera instancia.