sábado, mayo 02, 2015

El rapto del niño que provocó el levantamiento del 2 de mayo de 1808 - ABC.es

El rapto del niño que provocó el levantamiento del 2 de mayo de 1808

«¡Traición! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a su familia! ¡Muerte a los franceses!», gritaron los madrileños minutos antes de rebelarse contra las tropas de Napoleón

El 2 de mayo de 1808. Apenas asoman unos pocos rayos de sol por el este cuando una multitud de madrileños se agolpa frente al Palacio Real. La muchedumbre sospecha de las intenciones de los soldados franceses: quieren raptar al infante Francisco de Paula, el menor de los hijos del Rey Carlos IV y María Luisa de Parma. 


Carlos IV acababa de ser forzado a abdicar a favor del Fernando VII. Ambos son obligados a acudir a Bayona para reunirse con Napoleón, donde se producirá el hecho histórico conocido como las abdicaciones de Bayona, que dejarán el trono de España en manos del hermano del emperador, José Bonaparte.
Un cerrajero, José Blas Molina, decide en un acto heroico acceder a escondidas en el edificio. El objetivo es saber qué es lo que está ocurriendo dentro. Dónde y cómo está el pequeño infante. Pocos minutos después, el grito Molina destata la furia contenida de los madrileños: «¡Traición! ¡Que nos lo llevan! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todas las personas reales! ¡Muerte a los franceses!». La reacción es inmediata: tras el clamor se desarrolla el asalto.
Este tumulto es aprovechado por Murat, que manda un destacamento de la Guardia Imperial al palacio, acompañado de artillería, quehace fuego contra la multitud Al deseo del pueblo de impedir la salida del infante, se une el de vengar a los muertos y el de deshacerse de los franceses. Con estos sentimientos, la lucha se propaga como el fuego por todo Madrid.
El rapto del niño que provocó el levantamiento del 2 de mayo de 1808
Defensa del parque de artillería de Monteleón, de Joaquín Sorolla (Biblioteca Museo Víctor Balaguer).
De tal modo, Francisco de Paula sirvió de detonante y coartada del célebreLevantamiento del Dos de mayo. «En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, la irrupción de gente armada viniendo de los barrios bajos era considerable; mas por donde vi aparecer después mayor número de hombres y mujeres, y hasta enjambres de chicos y algunos viejos fue por la plaza Mayor y los portales llamados de Bringas. Hacia la esquina de la calle de Milaneses, frente a la Cava de San Miguel, presencié el primer choque del pueblo con los invasores, porque habiendo aparecido como una veintena de franceses que acudían a incorporarse a sus regimientos, fueron atacados de improviso por una cuadrilla de mujeres ayudadas por media docena de hombres», relata Benito Pérez Galdós.Los madrileños comenzaron así un levantamiento popular espontáneo pero largamente larvado desde la entrada en el país de las tropas francesas, improvisando soluciones a las necesidades de la lucha callejera. Se constituyeron partidas de barrio comandadas por caudillos espontáneos; se buscó el aprovisionamiento de armas, ya que en un principio las únicas de que dispusieron fueron navajas; se comprendió la necesidad de impedir la entrada en la ciudad de nuevas tropas francesas.

71 prósperos años

En cualquier caso, el infante acompañó a sus padres, Carlos IV y María Luisa, en su exilio en Francia y Roma. En 1815, los diplomáticos representantes en Europa de las Provincias Unidas del Río de la Plata proyectaron coronarlo como rey de un hipotético Reino Unido del Río de la Plata, Perú y Chile, con el posible apoyo de Carlos IV. El plan no pasó de un proyecto.
Aficionado a las artes y decidido protector de ellas, Francisco de Paula vivió 75 prósperos años. Fue miembro honorario y meritorio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1816) y dejó pintados varios cuadros de valía. Fue también protector de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, presidente de la Masonería española como Gran Maestro del Gran Oriente Nacional de España y Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza (1819–1865).