jueves, octubre 01, 2015

El Gran Capitán, el genio cordobés de la guerra que aplastó a Francia.

A modo de conmemoración, EDAF reedita una meticulosa obra de Sánchez de Toca y Martínez Laínez sobre el general castellano

 

El prestigioso manual militar «Who's Who in Military History» (Quién es quién en la historia militar) dedica más espacio al Gran Capitán que a Nelsón, Patton o Rommel, mientras que aquí en España el general cordobés ha sido hasta hace pocos años más conocido por ser una marca de quesos que por sus campañas italianas. José María Sánchez de Toca y Fernando Martínez Laínez quisieron remediar este desatino hace siete años cuando dedicaron una detallada obra a Gonzalo Fernández de Córdoba, el hombre que señaló a la infantería castellana el camino para convertirse en los legendarios tercios españoles. En el 500 aniversario de su muerte, la editorial EDAF reedita estos días su libro, «El Gran Capitán: Gonzalo Fernández de Córdoba», a modo de conmemoración.
Valiéndose de fuentes del periodo, Sánchez de Toca y Martínez Laínez pintan el retrato de un hombre mesurado, generoso y extremadamente inteligente, que se niega a aceptar su papel de segundón de una familia de la nobleza andaluza. Cortesano de Alfonso «El Inocente» y más tarde de su hermana Isabel «La Católica», Gonzalo Fernández de Córdoba consiguió ganarse la estima de los monarcas de Castilla y, durante la prolongada conquista de Granada, se destacó en importantes episodios militares, incluida la fase de negociaciones con Boabdil, al que unía una fuerte amistad. El Rey Fernando «El Católico» designó años después a Fernández de Córdoba para encabezar un cuerpo expedicionario, el primero que salía de España en mucho tiempo, y con el que expulsó a los franceses del Reino de Nápoles.
El Gran Capitán, el genio cordobés de la guerra que aplastó a Francia
Edición conmemorativa del Gran Capitán
El libro relata las sucesivas campañas italianas contra los galos donde se gestó la leyenda del Gran Capitán, quien gozó siempre del respeto de los propios enemigos debido a su cortesía más allá de la rivalidad. El cordobés estiró al extremo sus escuálidos recursos, como demostró en la victoria de Ceriñola (1503), y exhibió sus amplias dotes tácticas, siendo hoy su movimiento envolvente en Garellano (1503) materia de estudio en los grandes manuales bélicos. Un genio de la guerra al que Fernando «El Católico» terminó aislando al hacer caso de los rumores maliciosos que acusaban al cordobés de corrupto, pero no sin antes reclamarle cuentas de los gastos de su campaña. En un cuidado libro con fotografías y mapas en color, los autores incluyen varias de las cartas dirigidas por el Gran Capitán a los Reyes Católicos con las famosas cuentas, todavía célebres como ejemplo de meticulosidad y honradez en el lenguaje.

El Museo del Ejército rinde homenaje al Gran Capitán

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En el Alcázar de Toledo, sede del Museo del Ejército desde 2010, inaugura hoy, 24 de septiembre, la exposición temporal sobre el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, en el quinto centenario de su fallecimiento, que estará abierta al público hasta el 31 de enero de 2016.
La exposición se articula en torno a cinco grandes áreas, desde su nacimiento hasta sus servicios a los Reyes Católicos, las campañas que dirigió y el mito. Una parte destacada de la muestra serán los documentos, algunos inéditos, del archivo particular de la Casa Ducal de Maqueda, que desvelan la relación epistolar entre el Rey y su capitán.
Fernando «El Católico» marcaba al Gran Capitán las instrucciones sobre la política que tenía que ejercer en Napolés, desde medidas puramente administrativas hasta cómo administrar justicia, y daba detalles muy concretos de lo que debía hacer. Por ejemplo, estas cartas desvelan que el Rey hablaba de la conveniencia de que los soldados españoles se casaran con mujeres napolitanas para asentarse en la zona o establecía la forma concreta de ajusticiar a un traidor.
La exposición cuenta con unas 160 piezas, entre ellas la espada atribuida al Gran Capitán, procedente de la Real Armería, y un cañón en el que se han hallado, en el proceso de limpieza y restauración, las iniciales de Fernando «El Católico».
Al Alcázar de Toledo llegan piezas del Museo del Prado, el Archivo de la Nobleza y el Archivo de Simancas, el Museo del Generalife, el Cabildo de Valencia, la Casa de la Moneda y el Museo Arqueológico Nacional, además de la Casa Ducal de Maqueda y el propio Museo del Ejército que expondrá una parte de su valiosa colección de armas de la época.
Los organizadores pretenden que al menos una parte de la exposición viaje a Granada y Córdoba después de Toledo, teniendo en cuenta su gran relación con el personaje.